La otra guerra contra el coronavirus que también está perdiendo España: los test rápidos de COVID-19
Los test rápidos tardan solo 10 o 15 minutos en dar los resultados
Los test PCR tardan un mínimo de 5 horas
Las compras de material defectuoso afectan a la credibilidad del Gobierno
El Gobierno estaría perdiendo la "guerra por el material sanitario" que tanto necesita para vencer en la batalla contra el coronavirus. El lenguaje bélico es de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que aseguraba que "todas las administraciones públicas trabajan de manera incansable", en esfuerzo que algunos parecen utilizar para sacar un beneficio de la pandemia. Es el caso de los test para detectar la enfermedad cuya extensión ha sido reclamada por la OMS como una de las primeras medidas a adoptar si de verdad se quiere derrotar al SARS-CoV-2.
"Pruebas, pruebas, pruebas" este era el contundente mensaje de la OMS para intentar detener la pandemia de COVID-19 que se dispara en Europa a través de Italia y España y amenazaba con extenderse al resto del mundo como así está ocurriendo. Las pruebas son los test que permiten detectar los nuevos contagios y evitar la cadena de transmisión se tengan o no síntomas.
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En el mercado hay dos tipos diferentes de pruebas para detectar virus como el SARS-CoV-2 patógeno causante de la enfermedad COVID-19. Se trata de PCR y tests rápidos, cuyo funcionamiento y tiempo de obtención del resultado difieren, según ha explicado el Ministerio de Sanidad.
Los tests rápidos son más sencillos de utilizar y dan el resultado en 10 o 15 minutos, frente a las varias horas y la necesidad de personal entrenado que requiere la realización de la técnica PCR.
En la técnica PCR (siglas en inglés de "reacción en cadena de la polimerasa"), que se utiliza de forma frecuente desde hace años para diagnosticar enfermedades infecciosas, se puede detectar un fragmento del material genético del virus, en concreto de su ARN.
En esta prueba se localiza y amplifica un fragmento del ARN del virus, tiene alta especificidad y sensibilidad y permite detectar la infección incluso en sus primeras fases, pero requiere de personal entrenado para su utilización, dada su complejidad, y el resultado no se obtiene hasta horas después de su realización.
Por su parte, los test rápidos detectan anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre o proteínas del virus presentes en las muestras respiratorias de exudado nasofaríngeo.
Sus principales ventajas son que se pueden realizar en el domicilio del enfermo y que sus resultados se obtienen en 10 o 15 minutos.
"Se basan en una inmunocromatografía en papel, es decir, una plataforma que tiene 'pegadas' las proteínas del virus para detectar anticuerpos o anticuerpos específicos para detectar las proteínas del virus. Su funcionamiento es similar al de los test de embarazo",
Según la investigadora del Área de Virología del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Inmaculada Casas, "gracias a estas herramientas rápidas se podrá mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología, den un resultado negativo mediante los test rápidos, lo que permitirá liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud".
Escasa sensibilidad de los test rápidos
Pero no todos están de acuerdo con los test rápidos. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha advertido que los primeros test rápidos que han llegado a España tienen una sensibilidad inferior al 30 % en la detección del COVID-19, resultados que, concluyen, "impedirían su introducción en rutina".
Así lo expone esta sociedad científica en un documento de posicionamiento sobre el diagnóstico microbiólogo de COVID-19 en el que reconoce que un diagnóstico rápido de los casos es relevante para identificar, aislar y tratar rápidamente a aquellos pacientes infectados para limitar la transmisión del virus, así como para la descongestión de las urgencias.
"Para ello necesitamos pruebas rápidas con una elevada sensibilidad", subraya.
Sin embargo, los primeros test rápidos para la detección de antígeno del virus que han llegado a España no sirven para tal función.
Así lo ha asegurado a Efe la portavoz de la SEIMC, María del Mar Tomás, que ha detallado que los test para la detección de antígeno están teniendo una sensibilidad muy baja, entre el 20 y el 30 %. "Con esta sensibilidad es prácticamente imposible utilizarlos rutinariamente. Tendría que tener una confirmación posterior por la técnica de amplificación RTPCR", ha indicado.
El principal problema ha sido localizado en una partida de 9.000 unidades defectuosas de las 340.000 compradas en China. Según la embajada del gigante asiático en Madrid, la empresa que los ha fabricado no posee una licencia que lo permita.
El ministro de Sanidad ha desmentido esta información al asegurar que las pruebas fueron compradas a un proveedor local que comercializaba con kit con el sello de garantía CE. Las pruebas realizadas a dos muestras evidenciaron su escasa fiabilidad por lo que fueron devueltas y exigida su sustitución por otras.
Pero volviendo a la portavoz de la Seimc, esta ha apuntado a otros tipo de test, los de detección de anticuerpo, que permite detectar dos tipos de anticuerpo; el M, que indicaría infección aguda, y el G que indicaría "curado", es decir, "los que están inmunizados".
Estos test -ha explicado- están siendo usados en varios países europeos y tienen una sensibilidad del 85 % y del 100 % para los anticuerpos M y G respectivamente. Pero también tienen un inconveniente importante: tardan 4 días en arrojar resultados.