Cómo superar el miedo a salir de casa tras el confinamiento: el conocido 'síndrome de la cabaña'
El síndrome puede aparecer, o no, y los síntomas son variables, al contrario que los trastornos
"Tener miedo es lo normal e incluso diría que es adecuado y sano para tener precaución"
"Lo más peligroso es tener una actitud de negación ante el virus"
España ya trata un 'plan para la transición hacia la nueva normalidad'. El Gobierno central ha puesto en marcha el plan de desescalada del confinamiento por la pandemia de coronavirus, que tendrá cuatro fases. Actualmente nos encontramos en la cero, la preparación hacia la transición. En este ciclo se contemplan las medidas de alivio, como la que llegó con los niños el día 26 y como la que tendrá efecto a partir del próximo sábado 2 de mayo, en la que se podrá salir a pasear de manera individual y salir a hacer deporte.
Salir puede ser el deseo de la mayoría, pero muchos otros pueden tener miedo a hacerlo. El haber estado encerrados durante más de 50 días puede provocar lo que algunos psícologos denominan síndrome de la cabaña (miedo a salir de casa). Sin embargo, no hay un acuerdo sobre este concepto y numerosos expertos lo rechazan.
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Al ser un síndrome y no un trastorno, no hay suficiente investigación ni bibliografía científica que hable de ello. El trastorno se diferencia del síndrome, en que está validado científicamente con una muestra representativa y siempre presenta los mismos síntomas. El síndrome puede aparecer, o no, y los síntomas son variables. No llega a la categoría de trastorno y no aparece en los manuales de clasificación de las enfermedades a nivel mundial.
"El síndrome de la cabaña no es una entidad clínica. Es tener miedo a salir de casa porque llevamos muchas semanas confinados, y eso pasa factura. La confinación, por si misma, no es nada saludable a nivel psicológico. Hemos estado seguros en casa y salir conlleva cierto riesgo que hay que asumir con las debidas medidas que nos dan las autoridades sanitarias ¿El mejor modo de combatir el miedo? Hacerle frente", señala a Informativos Telecinco el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos Lamoca.
¿Qué pautas debemos tomar para no tener miedo al salir? "Tener miedo es lo normal e incluso diría que es adecuado y sano para tener precaución. Si no queremos tener miedo cuando lo que toca es tenerlo lo que vamos hacer es amplificarlo. Si no quieres sentir lo que sientes lo que haces es sentirlo mas", explica Rizaldos.
"Un cierto nivel de miedo al contagio será adaptativo, porque nos ayudará a mantener nuestros rituales de limpieza y protección y que podamos seguir las pautas establecidas por el gobierno en cada una de las fases de la desescalada. Lo perjudicial es cuando ese miedo nos limita, nos invade y nos genera otras consecuencias psicológicas como es ansiedad, crisis de pánico o insomnio", señalan a Informativos Telecinco Cecilia Martín Sánchez y Marina García, psicólogas del Instituto de Psicología Psicode, que ofrecen una serie de pautas para superar el miedo a salir.
"La primera pauta es no confundir la “posibilidad” de que ocurra una desgracia con la “alta probabilidad” de que ocurra, o con la “certeza” de que esto va a ocurrir 100% si salgo. El miedo hace que nos imaginemos las peores consecuencias posibles. Podemos pensar cosas del tipo: “¿Y si me contagio? Si me contagio me pondré muy enfermo, contagiaré también a algunos de mis familiares cercanos que son población de riesgo y morirán por mi culpa. Va a ocurrir una desgracia”. El miedo hace que pensemos que aquello que tememos va a ocurrir 100% seguro, pero no tiene por qué ser así", comentan las psicólogas.
"La posibilidad existe, pero nosotros, con nuestro comportamiento precavido y protector, podemos disminuir mucho la probabilidad y podemos mantenernos a salvo del virus. Confiemos en nosotros mismos a la hora de protegernos y también confiemos en nuestros profesionales sanitarios. Son muchas las altas y las personas que han pasado el virus con síntomas leves, no debemos olvidar estos datos", destacan.
"La segunda pauta es que si nos dejamos llevar por el miedo, además de pasarlo mal por algo que no sabemos si ocurrirá, también transmitiremos estos mensajes de miedo a nuestros hijos y/o familiares y ellos también lo pasarán mal. No es útil pensar así", aseguran.
"La tercera pauta es que podemos cambiar nuestros pensamientos catastróficos por otros más realistas, que me ayuden a seguir viviendo a pesar de tener que convivir con el virus de cerca: “Si tengo la mala suerte de contagiarme, quizás pase la enfermedad en mi casa en cuarentena con síntomas leves, y todo se quede en que tengo que pasar 15 días de aislamiento”. “Si mis síntomas son graves, iré al hospital y afortunadamente ahora hay sanitarios que me ayudarán, UCI libres y respiradores que me salvarán, “Las investigaciones sobre tratamientos médicos y vacunas están desarrollándose a mucha velocidad en todo el mundo. Todos estamos unidos en la lucha contra el coronavirus”, apuntan las expertas de PSICODE.
"La cuarta pauta es que los pensamientos positivos nos ayudarán a sentirnos mejor, a disminuir nuestro miedo y a conseguir nuestro objetivo de salir a la calle sin miedo. Tendremos que hacerlo de forma gradual para ir manejando nuestra ansiedad en cada pequeño paso que nos planteemos. Quizás el primer paso sea simplemente bajar a la calle y volver a subir. Si nos mantenemos en casa sin salir (cuando se pueda), el miedo no desaparecerá, sino que cada vez irá a más, pudiéndose convertir en un trastorno de ansiedad con agorafobia", concluyen en cuanto a las pautas.
"Los expertos apuntan a que tenemos el confinamiento más duro de Europa. El miedo, en mayor o menor medida, lo vamos a tener todos. Es una situación novedosa y con cierto peligro. El miedo, si nos invade, no va a ayudar a ser más precavidos y tomar decisiones adecuadas", añade Rizaldos.
El sistema inmune: el efecto del confinamiento y el miedo
Salir a la calle tras semanas encerrados puede dar cierta impresión, pero el confinamiento no ha perjudicado nuestro sistema inmune, según apuntan médicos especializados en Inmunología. Sin embargo, el miedo a salir puede crear estrés, y esto sí que debilita nuestras defensas.
"Habrá que hacer investigaciones al respecto, pero todo apunta a que el confinamiento ha generado mucha ansiedad y estrés a muchas personas. El estrés perjudica seriamente al sistema inmunológico, es algo que está ampliamente demostrado en muchas investigaciones", señalan las expertas de PSICODE. "Debemos enfrentarnos a las situaciones, aunque tengamos miedo, y ver que no es tan peligroso como podíamos haber anticipado", añade Rizaldos.
Otra fobia que puede aparecer es hacia las mascarillas o guantes. Los psicólogos despiertan controversia ante este hecho, muy novedoso para occidente. "Claro que puede haber este miedo. Puede mantenerse vivo en ciertas superficies durante días. Cuando una persona tiene miedo a contagiarse, el miedo se generaliza a diferentes situaciones y objetos, como los guantes o las mascarillas", aseguran desde PSICODE. "Puede que aparezca este miedo, pero no creo que sea lo habitual. Puede impactar el ver situaciones al principio, pero en poco tiempo las personas se acostumbran", comenta al respecto Rizaldos Lamoca.
El miedo y el 'respeto' al coronavirus
"La persona que tiene un gran miedo al coronavirus, si pertenece a una población de riesgo, le diría que es normal que tenga miedo y que de momento mantenga todas las medidas de seguridad necesarias y si es posible que siga confinada un tiempo en su casa. Llegará el momento de poder salir cuando tengamos un medicamento efectivo o una vacuna", comenta la psicóloga Cecilia Martín.
"A quien tiene 'respeto', pero no miedo, le diría también que es adaptativo que lo sienta así. Ese 'respeto' le mantiene en alerta a la hora de protegerse. Lo más peligroso es tener una actitud de negación ante el virus. Algunas personas, como estrategia de defensa, adoptan esta actitud y tienen pensamientos del tipo “Es una exageración, no es tan grave. A mi no me va a pasar”. Cuando negamos una realidad tan evidente como esta, nos estamos desprotegiendo y desprotegemos además a los que tenemos cerca. Estos pensamientos son peligrosos porque fomentan la propagación del virus con comportamientos irresponsables", añade la experta.
"Con un circuito de higiene deberíamos quedarnos tranquilos al regresar a nuestra casa", precisa Rizaldos sobre los pensamientos en el domicilio. "Salir a la calle no implica coger el virus. Y llevarlo encima no implica contagiarse -zapatos y ropa-. Podemos llegar a casa y tener una limpieza correcta para no convivir con el virus en el hogar", concluyen las expertas de PSICODE.