Sanidad frena la decisión de suministrar AstraZenenca a mayores
Francia, Alemania, Suecia, Italia, Grecia, Portugal, Bélgica o Andorra la suministran a mayores de 55 años
Los casos de trombosis añaden prudencia a la decisión de Sanidad
Catalunya lleva días reclamando que se autorice el uso de la vacuna de AstraZeneca para mayores de 55 años.
Astrazeneca parece la vacuna gafada. La ponencia de vacunación ha decidido proseguir en los próximos días el debate sobre la ampliación hasta los 65 años de vacuna de AstraZeneca. Éste órgano del Ministerio de Sanidad, que cuenta con expertos externos, revisaba este jueves el límite de 55 años establecido hasta ahora a la luz de las últimas evidencias científicas, especialmente el estudio publicado por la sanidad británica, pero no ha alcanzado ningún acuerdo, según fuentes del departamento.
La no decisión se produce el mismo día en que Dinamarca, Islandia y Noruega han paralizado las inyecciones con este producto para investigar sus efectos secundarios. Austria, Italia, Estonia, Lituania, Luxemburgo y Letonia han bloqueado un lote.
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La Agencia Europea del Medicamento ha dado luz verde a la vacuna y los expertos consultados por Informativos Telecinco consideran que estos análisis son normales en fase 4 y los casos adversos puntuales.
Francia, Alemania, Suecia, Italia, Grecia, Portugal, Bélgica o Andorra son algunos de los países europeos que las últimas semanas han levantado el veto a esta vacuna para las personas mayores, tras recientes estudios que avalan su eficacia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también recomienda utilizarla para mayores de 65 años.
Catalunya lleva días reclamando que se autorice el uso de la vacuna de AstraZeneca para mayores de 55 años. Este miércoles, Salut aumentó la presión lanzando a Sanidad una advertencia: "O actúan o actuaremos". Andalucía o Baleares son otras de las comunidades que han pedido poder administrar el inyectable a mayores de 55.
Médicos y científicos españoles también habían reclamado al comité que fija los criterios para la campaña de inmunización que revise su actual límite de 55 años. Era, en opinión de los expertos, una medida de fácil adopción y que permitiría acelerar el ritmo de vacunación en España. Ahora se estaba dando la paradoja de que en colectivos esenciales, como policías y maestros, se estaba inmunizando a los más jóvenes, pero no a los mayores de 55 años, mucho más vulnerables ante la enfermedad.