Sergio Villacorta, rastreador militar en La Rioja: "El rastreo salva vidas"
Forman parte de la misión Baluarte, heredera de la Operación Balmis
Los rastreadores son clave, no solo para detectar al entorno del caso positivo, sino también para hacer el seguimiento
El rastreo es la única manera en la que podemos enfrentar esta situación sanitaria
Es uno de los mantras de los expertos que seguimos sin adoptar de forma eficiente. Los rastreos son la mejor manera de salvar vidas. Ahora, el Ejército ayuda a hacerlo. "Sabemos lo importante que es el rastreo, sabemos que salva vidas y somos conscientes de la labor de servicio que podemos hacer a la sociedad". Son las palabras del teniente coronel Sergio Villacorta, al mando de los rastreadores militares de La Rioja, que cuenta con 30 uniformados colaborando codo con codo con los civiles. Villacorta ha hablado este lunes de su labor con los periodistas en la visita que la presidenta del Ejecutivo riojano, Concha Andreu, y la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán, han realizado a la Unidad de Vigilancia Epidemiológica Militar (UVE) de La Rioja.
Está formada por militares del Batallón de Helicópteros de Maniobra III de Agoncillo, que ejercen su labor en apoyo a la Unidad COVID del Sistema Riojano de Salud y desempeñan su trabajo junto a las salas donde se ubican los 110 rastreadores civiles. Se activó el pasado 1 de octubre y la conforman 40 militares, de los que 30 son rastreadores y el resto personal de mando, apoyo y reserva. Según Villacorta, se trata de "voluntarios, seleccionados, que han recibido una completa formación en el marco de las fuerzas de seguridad del Estado y de la comunidad autónoma de La Rioja, de manera que les permita asumir esta nueva tarea con todas las garantías".
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El equipo está integrado en el turno de los rastreadores civiles, "en el horario más exigente, con turnos de mañana, tarde y fines de semana", y su trabajo es "exactamente igual" al que desempeñan sus compañeros civiles, bajo la tutela de las coordinadoras de sala, que les asignan las labores de rastreo. Son, ha añadido el teniente coronel, personas con "experiencia" para el control de la COVID-19 y que están "adecuadamente formadas, motivadas y concienciadas" para desarrollar esta labor de servicio a la sociedad.
Los 30 rastreadores riojanos forman parte de los 1.762 que, según los datos ofrecidos este lunes por el Ministerio de Defensa, están activos en las 15 comunidades autónomas que los han solicitado (todas menos País Vasco y Cataluña). La mayoría (1.323) son del Ejército de Tierra, pero también hay del Ejército del Aire (231) y de la Armada (206). Forman parte de la misión Baluarte, heredera de la Operación Balmis y que coordina desde el pasado jueves el Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa.
Durante la visita, la presidenta riojana ha destacado la importancia de la colaboración entre las administraciones y ha expresado su agradecimiento al Gobierno de España y al Ejército por prestar este apoyo. El trabajo conjunto es para Andreu "la única manera de salir fortalecidos y de que el éxito esté asegurado". "Los rastreadores son clave, no solo para detectar al entorno del caso positivo, sino también para hacer el seguimiento de las personas confinadas y del aislamiento, que, cuando se respeta, se permite ver cómo la curva de contagios baja inmediatamente", ha dicho Andreu. La delegada del Gobierno ha destacado por su parte la importancia del trabajo coordinado, la colaboración, cooperación y la necesaria cogobernanza. "Es -ha dicho- la única manera en la que podemos enfrentar esta situación sanitaria", dado que con la suma de "esfuerzos, unión y fuerza conjunta podremos avanzar, superar esta situación de crisis y salir, ojalá, más fuertes".