¿Qué hemos aprendido en 2020 sobre el coronavirus?
Sin duda 2020 será conocido como el año del coronavirus: esto es lo que hemos aprendido
La mayoría de las infecciones ocurren en espacios cerrados
El virus tiende a propagarse por agrupaciones de personas
Si hay algo que marcado (y con diferencia) el pasado 2020, sin duda ha sido el coronavirus covid-19. Durante el pasado año vivimos situaciones completamente inesperadas, empezando por el confinamiento, y nos acostumbramos a interioridad nuevas costumbres higiénicas, nuevas formas de contacto humano y un largo etcétera. Desafortunadamente, la batalla contra este nuevo covid aún no ha terminado.
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Evolución del coronavirus en el mundo en 2020: ¿Qué hemos aprendido?
La llegada de la pandemia nos pilló desprevenidos, sin herramientas y sin información a la que agarrarnos: la comunidad científica tuvo que actuar muy rápido y sigue en plena carrera hacia la vuelta a la normalidad o, al menos, a un estado lo más parecido posible al anterior a la llegada del covid-19. Por eso 2020 fue, además del año del coronavirus, el año en que aprendimos muchísimas cosas sobre su comportamiento, síntomas y tratamiento. Fue también el año de las primeras vacunas.
Muchos logros en muy poco tiempo: estas son las grandes lecciones sobre el coronavirus que vivimos en 2020, según un reciente estudio publicado por el doctor Muge Cevik, catedrático de la Universidad St Andrews y miembro del Grupo Consultor sobre Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes del gobierno británico:
- La mayoría de las infecciones ocurren en espacios cerrados. Se trata de un punto clave para la prevención de contagios que se ha tenido en cuenta a la hora de desarrollar las medidas sanitarias en todo el mundo.
- La duración del contacto también es clave. Por eso es importante limitarlos en el tiempo y evitar la cercanía con otras personas que puedan infectarnos. También limitar el número de personas por grupo para que, en caso de producirse contagios, la probabilidad de que haya más contagiados sea menor.
- Cantar, gritar, hablar alto, comer... supone mayor riesgo. Y ello porque las micropartículas que se generan son expulsadas a mayor velocidad y pueden llegar más fácilmente a otras personas.
- Ventilar disminuye el riesgo de infección. Por eso es tan recomendable ventilar frecuentemente y evitar el ‘aire viciado'.
- El lavado de manos es una de las medidas estrella. Probablemente sea una lección que mantendremos en el futuro: extremar la limpieza, sobre todo tras pasar por lugares públicos y cerrados, es básico para evitar todo tipo de infecciones.
- El espacio interpersonal es importante. Estás demostrado que, en las viviendas en las que viven muchas personas en poco espacio, el riego de contagio es mayor. Esta información del utilizarse para tomar medidas en aquellos espacios de aglomeración de personas.
- El virus tiende a propagarse por agrupaciones de personas. Y, en este sentido, el contagio funciona de forma distinta que en el caso de, por ejemplo, la gripe. Con el covid-19, la mayoría no trasmitirá la infección, pero un grupo pequeño de personas puede generar grandes cúmulos de infectados. Por eso, las medidas adoptadas una vez identificado un núcleo de contagio son clave (por ejemplo, el rastreo de contactos).
- Las personas asintomáticas son 'menos contagiosas’. Los estudios demuestran que las personas contagiadas pero sin síntomas contribuyen menos a la propagación del virus que las que sí muestran síntomas o los desarrollarán más adelante.