"El confinamiento, en ausencia de una vacuna contra el coronavirus, deberá durar meses", según un estudio
"Los países han tardado una media de tres semanas en actuar"
Solo puede pararse la pandemia con "políticas agresivas de contención"
Investigadores de universidades de California y Georgia, ambas en Estados Unidos, afirman que, "en ausencia de una vacuna, cura o pruebas masivas y cuarentena, los bloqueos y las órdenes de confinamiento en casa deberán durar meses". Estos plazos hacen referencia solo para aquellos países que han adoptado medidas agresivas contra la pandemia de coronavirus, como es el caso de China, pandemia de coronavirusItalia o España
Los profesores Gerard J. Tellis (Universidad del Sur de California), Ashish Sood (Universidad de California) y Nitish Sood (Universidad de Augusta), han analizado el avance hasta finales de marzo de la pandemia en 36 países y 50 estados de los EE. UU. y aseguran que el avance del COVID-19 solo puede abordarse mediante políticas agresivas de contención.
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Para estos expertos "cualquier moderación o desaceleración de la expansión de la pandemia se debe solo a una intervención agresiva". Los datos de sus análisis determinan que estos países que adoptan restricciones dramáticas a los movimientos de ciudadanos "tardan un promedio de aproximadamente tres semanas en moderarse, cuatro semanas para controlar el brote epidémico y más de 6 semanas para contener la propagación de la enfermedad".
Los analistas atribuyen el concepto de moderar a bajar la tasa de los contagios por debajo del 10 %, el de controlar, a no llegar al umbral del 1 % y, contener, que significa, por debajo del 0,1 %.
También aseguran que, a pesar de estar informados de lo la gravedad y virulencia de la pandemia, "los países tardan un promedio de aproximadamente tres semanas en actuar". Se trata de "un intervalo de tiempo enorme, especialmente teniendo en cuenta el alto coste" en muertes de esta tardanza.
La diferencia entre los tiempos de respuesta de Asia y Europa es otra de las conclusiones destacadas. Según el estudio, "existe una gran diferencia en el tiempo de respuesta entre los países de Asia (19 días) y Europa (26 días), algo que atribuye a las experiencias vividas por los estados asiáticos con epidemias virales similares como el SARS".
La diferencia de tamaño entre los países también es importante. Así, las naciones pequeñas actúan más rápido (18 días) mientras que las grandes, tardan en hacerlo una media de 26 días, algo que atribuyen a la "posibilidad de lograr mayores consensos entre partidos".
Como ejemplo de la importancia de una actuación conjunta y coordinada contra la expansión del coronavirus, estos expertos fijan su mirada en la evolución de los contagios en Estados Unidos y concluyen que este país "enfrenta un desafío único porque solo la mitad de los estados han adoptado una intervención agresiva, y lo han hecho en diferentes momentos. Incluso si estos estados logran el control o la contención, pueden ser vulnerables al contagio de otros estados que llegaron tarde a hacerlo".
Finalmente, recuerdan cómo el levantamiento prematuro de las severas restricciones impuestas por Singapur al principio del brote pandémico provocó nuevos rebrotes de COVID-19.