Alemania estás sufriendo los peores rebrotes de coronavirus desde que el país logró doblegar la primera oleada de contagios de la pandemia de COVID-19. A pesar de haberse situado a la cabeza de las naciones que supieron anticiparse mejor a la extensión del SARS- CoV-2, los responsables sanitarios no han sido capaces de evitar estos nuevos repuntes de casos que avisan de no es posible bajar la guardia ante terrible enemigo.

Uno de estos científicos que nos previenen para no descuidarnos es Christian Drosten, el virólogo alemán que representa en el país liderado por Angela Merkel lo que en España es Fernando Simón.

En una entrevista para la revista XL Semanal, Drosten advierte que los casos en varias cárnicas germanas son solo la punta de un iceberg que nos amenaza tanto como la primera oleada de la pandemia. También de que observar el entorno es fundamental para anticiparse a lo que nos pasará. Por eso destaca que lo vivido en las regiones del norte de Italia posibilitó que Alemania se preparase mejor para enfrentarse a la pandemia.

Esta capacidad de anticipación y liderazgo ante una sociedad en crisis necesitada de líderes fiables es lo que le ha convertido en un referente al que algunos especialistas en psicología comunicativa han comparado con la imagen de personajes de ficción como Obi-Wan Kenobi en La Guerra de las Galaxias o Gandalf en El Señor de los Anillos.

Para Frank Schwab, psicólogo experto en medios de comunicación, Drosten, al igual que ellos, "no luchan, pero están al lado del protagonista de la historia y le aportan su experiencia y su sabiduría", algo que niega porque, simplemente, no visto ninguna de las dos sagas.

Otra de las cuestiones en las que coinciden Drosten y Fernando Simón es la insistencia de que la clave no está en la realización de pruebas masivas sino en la capacidad de detectar de forma anticipada las situaciones en las que es más probable que surjan nuevos brotes de coronavirus.

En sus declaraciones a XL Semana, afirma que "una vez detectado un brote, no hace falta ponerse a hacer test a todos los posibles contactos. Además, así siempre se llega demasiado tarde. Basta con ponerlos en cuarentena. Y no durante 14 días como se ha hecho hasta ahora, con poco más de una semana sería suficiente".

La importancia de esta labor de prevención radica, según Dorsten, en la necesidad de un virus altamente mortal, altamente contagioso y con una gran capacidad para mutar y volverse más peligroso aún para la población: "La cuestión fundamental es si se hará más agresivo, o si por el contrario se debilitará. Lo que es seguro es que los mecanismos de la evolución pueden optimizarlo, eso sí que me da un poco de miedo. Y no sabemos cómo serán las cosas si se vuelve más letal. Tampoco quiero pecar de pesimista, pero se sospecha que ya pasó algo parecido con la gripe española de 1918: el virus mutó durante el invierno".