Parálisis cerebral infantil: ¿cuales son sus síntomas y signos más frecuentes?
La parálisis cerebral se manifiesta en la infancia y puede provocar toda una serie de síntomas más o menos incapacitadores
El tratamiento consiste en mejorar los efectos de la parálisis a través de la fisioterapia, la logopedia, el apoyo educativo o la terapia ocupacional
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La parálisis cerebral infantil (PCI) es uno de los trastornos neurológicos que con mayor frecuencia generan discapacidad en la infancia. Según las cifras que maneja la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (APAMP), se trata de la causa más frecuente de discapacidad motora en la primera infancia y su frecuencia oscila entre los 2,4 casos por cada 1.000 niños nacidos. En los niños muy prematuros, estas cifras aumentan hasta los 40-100 casos por cada 1.000 niños nacidos. ¿Cómo identificarla? Toma nota de los síntomas que alertan de una parálisis cerebral.
Síntomas que alertan de una parálisis cerebral
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La parálisis cerebral infantil es un grupo de trastornos permanentes que afectan al desarrollo del movimiento y el tono muscular o la postura, causando limitaciones en la actividad. Estos síntomas se producen por el daño en el cerebro inmaduro en desarrollo, algo que ocurre más frecuentemente antes del nacimiento. No existe cura para esta dolencia, pero sus síntomas sí son tratables, especialmente desde ámbitos como la fisioterapia, la logopedia, el apoyo educativo y la terapia ocupacional.
Se estima que entre un 2 y un 2,5 por cada mil nacidos en España tiene parálisis cerebral, es decir, una de cada 500 personas. El resultado es una media de 120.000 personas con esta dolencia que, entre otras cosas, se caracteriza por generar distintos grados de discapacidad. En algunos casos puede resultar casi imperceptible mientras que en otros será necesaria la ayuda de terceras personas para muchas de las actividades cotidianas a las que nos enfrentamos día a día.
Así, tal y como explica la Asociación, "los signos y síntomas de la PCI varían de persona a persona" y "pueden afectar a todo el cuerpo, o puede limitarse principalmente a una o ambas extremidades, o a un lado del cuerpo". La atención y un tratamiento constante son básicos: gracias a ellos es posible experimentar mejoras en el movimiento, el desarrollo intelectual, las habilidades comunicativas, etc., alcanzando una vida mucho más plena.
Estos son los síntomas más frecuentes de la parálisis cerebral, recogidos por Neuron:
- Problemas de movimiento y coordinación. Entre ellos, rigidez muscular y reflejos exagerados (espasticidad), variaciones en el tono muscular (hipertonía o hipotonía), músculos rígidos con reflejos normales, falta de equilibrio y coordinación muscular (ataxia), temblores o movimientos involuntarios bruscos, movimientos lentos y de contorsión, uso exclusivo de un lado del cuerpo, dificultad para caminar (caminar de puntillas, caminar en cuclillas o caminar en forma de tijera con las rodillas cruzadas, entre otros) y dificultad con la motricidad fina.
- Problemas en el lenguaje o en la alimentación. Son frecuentes retrasos en la adquisición del lenguaje; dificultad para hablar; dificultad para sorber, masticar o comer; y babeo excesivo o problemas para tragar.
- Alteraciones en el desarrollo. Aparecen retrasos para alcanzar los objetivos de las habilidades motrices, como sentarse o gatear, dificultades en el aprendizaje, discapacidades intelectuales, retraso en el crecimiento.
- Otros problemas. Es posible que aparezcan convulsiones (epilepsia), problemas de audición, problemas con la visión y movimientos oculares anormales, alteraciones sensitivas, problemas de vejiga e intestinos y afecciones de salud mental.
En cuanto a su tratamiento, dado que el daño ocurrido se produce en un momento concreto, no evoluciona, por lo qu la meta es mejorar los problemas causados y conseguir una mejoría en la funcionalidad y calidad de vida.