La Guardia civil investiga si los padres planearon matar a sus dos hijos en Godella
Gabriel y María no tienen en la prisión de Picassent (Valencia) un plan diferente al de cualquier otro asesino. El juez los ha enviado a prisión como presuntos parricidas de Amiel, de tres años y medio e Ixmel, de 5 meses, y porque se han negado a declarar. Pero tanto uno como otro parecen tener solo amnesia del momento de la muerte de sus dos hijos.
Se echan la culpa mutuamente en el momento de la detención. María grita que su marido quiere matarla cuando una vecina la ve desnuda huyendo de la casa. Gabriel dice a los guardias civiles que están todos muertos cuando acuden a la vivienda en busca de los niños y la mujer. Y cuando el operativo encuentra por fin a María escondida, y atrapada, en un bidón de plástico, les dice que pregunten a Gabriel.
La guardia Civil consiguen que María diga el lugar del enterramiento, pero ninguno de los progenitores cuenta cómo murieron los niños. Los investigadores barajan que la pareja tuviera un plan premeditado. Las amigas de María han declarado ante el juez que las convocó a una barbacoa de despedida el domingo antes de los crímenes y luego desconvocó. y acusan a Gabriel, del que dicen la maltrataba y aislaba de familia y entorno
María tenía depresión postparto, según su madre que la llevó al psicólogo. Un mes antes del doble crimen alertó por WhatsApp algunos vecinos de que su hija había vuelto a desparecer con la niña. Lo había hecho antes y en esa ocasión la niña volvió con hipotermia. El aislamiento se acentúa, al tiempo que aumenta la preocupación de la abuela. Avisa desesperada a la policía local hasta el mismo día del crimen. Teme por su hija y sus nietos.