La reforma de la ley electoral, a debate

Es uno de los debates inmediatos después de las elecciones generales, el de la reforma de un sistema del que se sigue denunciando que no traduce proporcionalmente en escaños los apoyos en las urnas. Según esta queja, en los comicios del 26J Ciudadanos habría dejado sin representación parlamentaria casi un cuatro por ciento de lo obtenido en votos, algo que contrasta con los más de seis puntos en diputados que ha recibido el PP como primera fuerza. Son los caminos de la actual fórmula D'Hont con la que se reparten escaños por provincias, con peso desigual entre los territorios de interior y el resto de España. Tal y como se aplica desde la vuelta de la democracia suele favorecer en el Congreso a los dos partidos más votados, como en su día la UCD de Suárez o el PSOE de Felipe González y castigar, por otro lado, a los que quedan por debajo, con menos del 15% y se presentan, sobre todo, a nivel nacional. Algo que ocurre hoy con la formación naranja y que ha acompañado históricamente al Partido Comunista e Izquierda Unida hasta su coalición con Podemos, el punto de inflexión. No hay sistema perfecto, ni el bonus de 50 diputados al ganador como se hace en Grecia y que Tsipras quiere eliminar, ni tampoco el de la recurrida circunscripción única en España, que ya se aplica en las elecciones europeas, y que según los expertos fragmentaría aún más el hemiciclo. En estas elecciones, eso sí, la aplicación de esa circunscripción única le restaría 17 escaños al PP, le sumaría 15 a Ciudadanos, Unidos Podemos ganaría los tres que pierde el PSOE y PACMA, hoy fuera del Congreso, entraría con cuatro. Una solución sobre el sistema más justo la da el propio Consejo de Estado, que propone pasar de los 350 diputados actuales a 400 para favorecer la proporcionalidad y ajustar el peso de los territorios. Una reforma en la que también podrían incluirse las demandadas sobre listas abiertas. Cambios en la ley electoral que se podrían sacar adelante con mayoría absoluta en el Congreso.