La criminalidad juvenil en España es de las más bajas de Europa y la Ley Penal del menor "no es blanda"
La profesora de Derecho Penal de la UAM, Laura Pozuelo Pérez, defiende la actual Ley Penal del Menor porque ya es "demasiado dura" sin que esté justificado
Las tasas de criminalidad juvenil se mantienen bajas y con apenas variaciones en los últimos 20 años, según datos del Grupo de Criminología y Delincuencia juvenil de la Universidad de Castilla La Mancha
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Las noticias sobre delitos protagonizados por adolescentes que no han cumplido la mayoría de edad han vuelto a abrir el melón de la Ley del Menor en España. Los sindicatos de Policía reclaman endurecerla acusándola de ser demasiado laxa", ante lo que consideran un aumento de la actividad de estos grupos . Sin embargo, los bajos datos de la delincuencia entre menores y los argumentos penales no justifican cambiar, una vez más esta ley, que ya es "bastante dura" y que ha estado sometida a los vaivenes de crímenes muy mediáticos, a tenor de los expertos.
Durante 2021 fueron condenados 13.595 menores de entre 14 a 17 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística, lo que supuso un aumento del 21% respecto al año anterior y un 3,7% menos que en 2019. El 81% de los menores condenados fueron varones y el 19% mujeres.
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El estruendo de estas noticias en la que se juntan jóvenes, muertos, violencia y disparos nos sacude y algunos creen que una condena dura nos mantendrá a salvo de que estas cosas ocurran.
"La delincuencia juvenil en España es baja"
Laura Pozuelo Pérez, profesora de Derecho Penal en la Universidad Autónoma de Madrid, rechaza que la tasa de criminalidad juvenil en España sea alarmante, ni que justifique los reclamos de endurecer las condenas a menores, que suelen tener mucho "rédito electoral", pero que no resuelven nada.
En 2021 se inscribieron 26.349 infracciones penales cometidas por menores, un 29,4% más que en el año anterior (y un 1,2% más que en 2019). Todas ellas fueron delitos. Por tipología del delito, los de mayor incidencia fueron lesiones (33,8% del total), robos (18,2%) y amenazas (8,2%).
La Fiscalía de Madrid en su último informe alertaba del aumento de la violencia juvenil en la capital, especialmente entre menores pertenecientes a bandas, hablaba de 23 delitos de homicidio y asesinato en 2021.
"La delincuencia juvenil en España es baja", aunque "se tenga la idea de que cometen muchos delitos. La incidencia es baja tanto en número de delitos, como en la gravedad de los mismos", explica Laura Pozuelo Pérez, que lleva décadas siguiendo la criminalidad en menores .
De hecho, "numerosos centros de internamiento de menores han tenido que cerrar en los últimos años, porque estaban vacíos", aunque esto lamentablemente no sea noticia, ni lo cuenten en los telediarios, como sí ocurre con los delitos.
Para leer los datos de la criminalidad juvenil en España hay que tener en cuenta que se parte de cifras muy bajas, que revelan solo el cambio a la normalidad, tras la pandemia de covid, cuando apenas hubo delictividad, asegura la Investigadora del Grupo de Criminología, Raquel Bartolomé, de la Universidad de Castilla La Mancha, que argumenta que "la criminalidad juvenil siempre nos parece llamativa" y esto puede contribuir a esa imagen distorsionada de la realidad, pero, en realidad, es baja.
Y la tendencia no es solo en España, sino de forma generalizada. Tanto es así que "la preocupación de la Criminología de la delincuencia juvenil en los últimos años es explicar por qué está bajando la delincuencia en jóvenes. Esto cuesta trasladarlo a la población, aunque para los estudiosos no es sorprendente, la percepción que tiene la población es diferente". reconoce Bartolomé.
La estudiosa del fenómeno delictivo en jóvenes y menores cree que quizá con la pandemia, que fue como "un lapsus, un momento en el que no ocurrió nada de delincuencia durante meses y con la vuelta a la normalidad vuelve a haber, puede dar la impresión que hay más ", pero no es así. "No tenemos indicadores objetivos de que haya un repunte o un cambio grande de tendencia en casos de criminalidad juvenil", asegura.
Ni hay más delincuencia juvenil, ni más bandas de menores delinquiendo a todas horas y esperando la noche para pegarse machetazos en las plazas, aunque es cierto que "la criminalidad juvenil siempre nos parece llamativa", afirma Bartolomé, que considera que "hay grupos juveniles variados que cometen delitos", aunque los extranjeros son "los más visibles" y "provocan más alarma", aunque no sean los que más actos delictivos cometen.
La delicuencia juvenil en España es baja", aunque "se tiene la idea de que cometen muchos delitos. La incidencia es baja tanto en número de delitos, como de la gravedad de delitos. Laura Pozuelo, Profesora de Derecho Penal de la UAM
"La ley del menor no es blanda"
"La ley Penal del Menor no es blanda, aunque se tenga esa idea a menudo; es menos intensa que la de los adultos, porque la lógica indica que cuando es una adolescente, entre 14 y 17 años, el que comete un delito, la intervención penal trata de intervenir de una manera que tenga una orientación sancionadora, pero también educativa", subraya Pozuelo Pérez.
Según los datos del INE, los jueces adoptaron 22.064 medidas punitivas en 2021 contra los menores por conductas delictivas, un aumento del 20,1% respecto al año anterior (y un descenso del 4,9% respecto a 2019).
La libertad vigilada (45,1% del total), fue la medida más adoptada, seguida por la realización de tareas socio-educativas (16,5%) y el internamiento en régimen semiabierto (9,9%).
"El objetivo es que estas personas, que están en "transición a la edad adulta", tengan "una segunda oportunidad" y puedan "entrar a la vida adulta de una manera más normalizada, que no cometan delitos y puedan desarrollar una vida no delictiva". Esto ultimo es lo que la mayoría de las veces ocurre con los jóvenes que delinquen siendo menores, como revelan los estudios, según explica la experta en Derecho Penal que enseña en la UAM.
Y por otra parte, está el abandono espontáneo de actividades y conductas delictivas que se da entre los menores a medida que se produce su transición a la edad adultad, como señala la Investigadora del Grupo de Criminología, Raquel Bartolomé, de la Universidad de Castilla La Mancha.
La realidad, según la experta, es que estos jóvenes "abandonan de forma natural el grupo delictivo con la madurez" y "pasados los 20, 22 años el abandono es bastante alto, incluso sin ningún tipo de intervención. No mantienen este comportamientos delictivos en el tiempo".
De hecho, por lo general los delitos que más cometen los menores son leves, como "delitos patrimoniales, cierta incidencia en de lesiones, pero no muy graves, peleas.... Y sobre todo "no han aumentado a lo largo de muchos años", argumenta la abogada penalista Laura Pozuelo, que vincula algunos de estos comportamientos "con la propia adolescencia"; una edad en la que "no se tiene la misma sensación de riesgo, ni la misma capacidad de madurez, ni de medir las consecuencias de loa actos. "Por eso la ley penal de menor atiende a que esos sujetos son distintos que los adultos", explica.
La última vez que se endureció la Ley del Menor en España fue por el asesinato de Sandra Palo, recuerda la profesora de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid, que rechaza esta idea de que unas penas más duras hagan disuadir a los delincuentes, porque esto "no va a reducir la incidencia delictiva".
"Esa relación de que si se comete un delito grave demuestra que la ley no funciona y hay que endurecerla es una correlación equivocada. El efecto disuasorio del Derecho Penal no funciona así. Si para un determinado delito puede haber una privación de libertad de 5 o 6 años, el hecho de que lo subamos a 8 no cambia. Cuando alguien comete una determinada infracción no piensa 'ah si me van a caer dos años más, entonces no lo hago'. Eso no funciona así, no cambia nada porque aumenten las penas", señala la experta.
"La respuesta penal en el ámbito del menor no es leve: La pena de prisión puede llegar entre cinco y hasta ocho años, con libertad vigilada hasta cinco. Hay un enorme desconocimiento de cuál es la respuesta penal. Si en vez de ocho años pusiéramos 10 ese incremento no va a reducir la incidencia delictiva, porque entre otras cosas no tenemos una delincuencia grave, ni va en aumento." El hecho de que incrementemos la pena no resuelve la incidencia".
Sobre las bandas juveniles en España y la inmigración
La Policía habla de una transformación del modus operandi de las bandas juveniles; una reconversión desde el control territorial de espacios, como parques y plazas a su participación en delitos mayores, como la clonación de tarjetas de crédito, tráfico de drogas, entre otros. Por esas razones reclaman un endurecimiento de la Ley Penal del Menor.
Para Raquel Bartólome, que huye de la palabra 'banda' para hablar de los grupos de delincuentes juveniles, "el fenómeno en España no es el mismo que existe en otros países, ni en volumen ni peligrosidad,. Tampoco lo vemos en los estudios con una especial "vinculación a alguna etnia o con la inmigración".
En sus datos, recogen que estos grupos juveniles delictivos que cometen delitos, como los definen los investigadores europeos, hay tipos de grupos muy variados y el hecho de que estén conformados por inmigrantes "no es determinante", aunque sí, por sus rasgos y estética son más fáciles de identificar.
"En España estos grupos delictivos, según nuestros datos no indican que estén caracterizados por ser inmigrantes. No nos sale que ser inmigrante sea un factor de riesgo", destaca.
Por su parte, Laura Pozuelo Pérez, entiende "que la Policía esté preocupada por el caso de las bandas juveniles, porque la Policía es quién está en la calle y se enfrenta más directamente a ello", pero rechaza que "se busque la solución en el Derecho Penal, porque precisamente la Ley del Menor tiene respuestas efectivas para estos hechos con penas de cárcel para menores desde 2006".
Los delincuentes juveniles no se van de rositas por ser menores, como a veces pensamos. La experta penalista recuerda que cuando estos cometen delitos con pertenencia a esas bandas o al servicio de estas bandas les esperan penas de cárcel.
Eso sí, la profesora de Derecho Penal defiende el abordaje de este fenómeno "desde una perspectiva multifactorial". Debe analizarse "por qué llegan los jóvenes a esas bandas, si pueden salir de ellas, cuál es la dinámica", pero advierte "la respuesta no está en el Código Penal".
"Si resulta que las bandas juveniles se estuvieran adaptando a las estructura de la criminalidad organizada habría que actuar con los necesarios recursos para hacerle frente y puede ser que desde el punto de vista policial haya falta más recursos , pero insiste "que subir las penas no cambia nada".
"La Ley del Menor es bastante dura, igual que el Código Penal"
"La ley Penal del Menor es bastante dura igual que el Código Penal español. Tenemos uno de los Códigos penales más duros de Europa y no tenemos una de las delincuencias más altas ni más graves de toda Europa. La ley penal del Menor se ha ido endureciendo desde que entró en vigor en 2001 y habitualmente por casos mediáticos, explica la penalista.
"Endurecer las leyes penales no mejora la prevención del delito, porque tenemos unas leyes penales duras". A la delincuencia se le tiene que hacer frente desde muchos sitios distintos y no solo desde la Ley penal".