No, el salmón no ha sido el culpable del rebrote de Pekín que ya asusta al mundo y lleva circulando un mes
Las autoridades chinas confirman que no ha sido la causa de los contagios
El salmón estaba en el punto de mira, pero no es el culpable del rebrote de Pekín que ya asusta al mundo y que puede haberse iniciado hace un mes. Pekín no deja de aumentar las medidas de seguridad y desinfectará todos los mercados, restaurantes y campus universitarios de la capital y realizará test de coronavirus a sus trabajadores y responsables. No solo eso ha cancelado los vuelos. El coronavirus le ha vuelto a hacer mirar atrás. Pekín pone en confinamiento a 90.000 habitantes, cierra los centros educativos a todos los niveles, a cancelar más de 1.200 vuelos, tanto de entrada como de salida, y a confinar a 30 comunidades de vecinos en las zonas de alto riesgo. Estas medidas se toman después de que la capital elevase ayer el nivel de alerta sanitaria del 3 al 2, después del brote del virus en el principal mercado de la capital, que ha dejado ya a 137 casos desde el pasado jueves.
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La desinfección de todos los restaurantes de Pekín y la realización de test en todos ellos es una operación a gran escala considerando el gran número de establecimientos de este tipo existentes en la capital, que se cuentan por decenas de miles. Pekín ha desinfectado hasta primeras horas de ayer, martes, 276 mercados de productos agrícolas y cerrado, 11 mercados subterráneos y semi-subterráneos, además de 33.173 servicios de reparto de comida a domicilio.
Las autoridades chinas y noruegas han concluido que el salmón no es la fuente del coronavirus hallado en tablas de cortar en un mercado mayorista de alimentos de Pekín, según ha indicado el ministro noruego de Pesca y Mariscos, Geir-Inge Sivertsen. El país asiático detuvo el pasado sábado, 13 de junio, las importaciones de salmón europeo después de que se hallaran restos del virus en los equipos utilizados para manipular el pescado en el mercado Xinfadi, en la capital china. Algo que llevó también a todos los supermercados a paralizar las ventas.
A pesar de que la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Noruega aseguró que no existían evidencias de que los salmones estuvieran infectados, China canceló todos los pedidos a los productores noruegos y las acciones de sus compañías cayeron el lunes un 2,9%.
Según ha indicado Gao Fu, director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, tras una reunión con funcionarios de Salud Pública, este rebrote podría llevar circulando por la capital, aproximadamente, un mes. "Es posible que ya haya muchos portadores asintomáticos o leves de mayo, y es por eso que hay una gran cantidad de virus en el medio ambiente. Esta es nuestra estimación y debe verificarse aún más", ha indicado Gao Fu, en declaraciones recogidas por 'South China Morning Post'.
El experto en seguridad alimentaria del CSIC Alfonso Carrascosa considera prácticamente imposible que el salmón europeo haya podido llegar a China contaminado con COVID-19 y agrega que "actualmente, no hay evidencia científica" de que el coronavirus sea transmisible por alimentos. Un rebrote de la enfermedad afecta a Pekín y, según los primeros datos, el virus habría sido detectado en una tabla de cortar pescado empleada por un vendedor de salmón importado en Xinfadi, el principal mercado mayorista de la ciudad.
El epidemiólogo Yan Peng dijo a la cadena CCTV que, según una investigación preliminar, "la secuencia del genoma muestra que el virus fue importado desde Europa". Carrascosa señala que hay estudios sobre la posibilidad de la transmisión de virus a través de alimentos y que la "frecuencia es bajísima", pues para reproducirse necesitan células vivas, y en el caso de los virus respiratorios como la COVID-19 "todavía menos". El experto analiza las posibilidades de que en Europa el virus pudiera llegar a un alimento, en concreto el salmón, y de ahí exportarse, tras lo que no encuentra esa hipótesis factible.
Una de las posibilidades sería que un operario de una empresa de alimentos esté trabajando mientras tiene la enfermedad y que lo haga sin un traje de protección -algo que recuerda que está prohibido-, y lo transmita tosiendo o manipulando el producto, lo que en el espacio europeo de seguridad alimentaria "es hartamente improbable".
La segunda opción sería que un vertido de aguas fecales llegara a una piscifactoría, una probabilidad también nula -dice- en un espacio como el europeo, que es "el más seguro del mundo en cuando a distribución de alimentos". Carrascosa considera que una acusación de ese tipo tiene que demostrarse y recordó que China está "a años luz del espacio europeo de seguridad alimentaria".
"Si se ha identificado el lugar dónde apareció el virus, tiene que haber una trazabilidad molecular perfecta, que se hayan recuperado unidades infectivas" o trazas de ARN de COVID-19 de la tabla. Además habría que asegurar que en ella solo se había cortado salmón procedente de Europa.
Carrascosa apunta la posibilidad de que alguien, deambulando por el mercado, tosiera sobre la tabla o sobre cualquier otro alimento y que el repunte "no tenga nada que ver con un brote de alimentos". Además, una vez comprado, el salmón llega a casa donde es cocinado, lo que destruye los virus, y es comido no inhalado, agrega el experto, quien recuerda que el "vehículo perfecto de transmisión" para el actual coronavirus es la inhalación.
El experto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) indica que hoy, precisamente, se ha tomado un aperitivo, "de una lonchitas de salmón europeo con vino de rioja" y lo ha hecho "con total tranquilidad".
El gerente de la patronal de empresas de acuicultura Apromar, Javier Ojeda, expresaba también su sorpresa por las informaciones procedentes de China que señalan al salmón como fuente de contagio de coronavirus, porque es “altamente improbable” que ese pescado propague la enfermedad.
Ojeda ha señalado, en declaraciones a Efeagro, que las noticias de China son “sorprendentes" y van contra todo el conocimiento científico que hay hasta ahora sobre las vías de transmisión del virus. Por ello, ha considerado "muy raro que fuera diferente”. Apromar ha apuntado que todas las empresas agroalimentarias españolas aplican las medidas de la Organización Mundial de la Salud para minimizar la transmisión de la covid-19.