Dnipró se había mantenido a salvo de las bombas rusas, pero eso se ha acabado. La cuarta ciudad del país ha caído a plomo en los objetivos del Kremlin. Y la devastación que ya hemos visto en otras metrópolis se extiende por esta urbe de un millón de personas donde las tropas rusas -increpadas en algunas zonas de Ucrania por los ciudadanos- también han bombardeado zonas civiles. En este barrio de edificios residenciales, los bomberos ucranianos sofocan las llamas y buscan víctimas entre los escombros.
Al menos una persona ha muerto. Los ataques con misiles rusos han caído también sobre una guardería y han alcanzado una fábrica de calzado. Los vecinos corrían para esquivar los objetivos golpeados en busca de refugio ante el temor de una nueva oleada. Cuesta creer con imágenes como éstas del 2020 cómo ha cambiado la ciudad. Situada a orillas del río Dniéper, el Kremlin la considera ahora un punto estrátégico para el avance de sus tropas por el sureste.