La historia de Guido, se acuesta pensando que tenía otitis y se despierta ciego y sordo
Informativos Telecinco
13/04/201910:05 h.Lo que en un principio padecía una otitis acabó siendo una meningitis provocada por la bacteria Neumococo. Su cerebro "parecía un globo" y los médicos no sabían si sería capaz de sobrevivir ante semejante cuadro médico. Sufrió una serie de pequeños infartos cerebrales y, tras estar durante 21 días en coma inducido lo despertaron, aunque varios de sus sentidos no llegaron a volver a conectar: Guido Fernández se despertó sordo y ciego. "Volví a oscuras y en silencio total pero no me di cuenta de que estaba ciego y sordo. Estaba muy confundido por las drogas y, como sentía que me ponían cables e inyecciones, pensé que estaba secuestrado. Me convencí de que me tenían a oscuras y en silencio como parte de una tortura despiadada", cuenta el productor.
El hombre pasó siete días pensando que estaba secuestrado, ya que, al haber perdido el sentido del oído y de la vista, no era capaz de comunicarse. Finalmente fue su mujer la que tuvo la idea de llevar al hospital letras de goma eva imantadas para que el pudiera formar palabras. "Me las daba en la mano, yo las palpaba e iba decodificando primero qué letra era, después qué palabra formaba y qué oración. Y así, con mucha serenidad, me contó que había tenido meningitis y había estado en coma. Fue un baldazo de agua helada pero había algo positivo después de esa semana de tortura: me dí cuenta de que me estaban cuidando, nadie estaba tratando de matarme. Sacar positividad de algún lado fue una reacción instintiva, era una fibra mía que desconocía", explica el hombre.
El pronóstico de recuperación no era muy esperanzador. Los médicos le comunicaron -a través de su mujer, que usaba las letras de goma eva- que era imposible que recuperara la vista, puesto que se le habían roto los nervios ópticos, pero, en el caso de la audición, podían realizarle un implante coclear.
Durante esta etapa que estuvo aislado del mundo, Guido Fernández acabó analizándose, reflexionando sobre su exixstencia, sus vivencias: "En el peor momento, ciego y sordo, me di cuenta de que había empezado a sanear viejos dolores: cosas de mi infancia, mi familia, mis amigos. Yo necesitaba sanar de adentro hacia afuera, no podía pretender curarme exteriormente cuando por dentro estaba cargado de lugares oscuros, de veneno, de tristezas. De golpe, fue como empezar a sacarme piedras de la espalda que me pasaban mucho más que mi ceguera y mi sordera. Las charlas más profundas y más importantes de mi vida con mi mamá las tuve así, con letritas de goma eva".
Esta experiencia le enseñó varias lecciones, entre ellas vivir el presente y, además, también fue capaz de desarrollar otros sentidos que, hasta entonces, no había utilizado: " La percepción o la intuición, que están siempre dormidos porque estamos apoyados sobre lo más obvio. Vemos a alguien y en seguida activamos el prejuicio, le colgamos un cartel. Yo no veía nada así que solo estaba conectado con lo que sentía".
Le colocaron implantes cocleares en ambos oídos. Uno no funcionó pero el otro sí. Con la ayuda de una profesora de sordos, pudo reeducar ese oído y recuperar la audición. Tantos meses de internación, además, le provocaron atrofia muscular por lo que tuvo que volver a aprender a caminar.
Él no paró de luchar y, por ello, también intentó recuperar la vista. Su mujer le bajaba ejercicios por internet y pasó de no ver nada a ver unas sombras, actualmente es capaz de ver un 20% a través de uno de los ojos.
Tras esta experiencia, esta lucha, Guido Fernández no volvió a su trabajo, sino que ha acabado creando su propia productora audiovisual. No es un lugar grande, famoso, importante, sino que es una respuesta a toda aquella insatisfacción, una respuesta a aquel "quería crecer y no sabía cómo", tal y como recoge 'Infobae'.
En 2015, Guido terminó su primer libro. Se llama "Abrir los ojos" y lo presentó ante 200 personas. De allí se abrió un nuevo camino, porque empezaron a convocarlo para que diera charlas motivacionales, incluso en el exterior.