Roman es un taxista ucraniano que huyó con su familia de Ucrania. En plena guerra, las prisas apretaban y no solo cogieron algo de ropa. Tardaron una semana en atravesar en coche Europa hasta llegar a España. En Girona, su vehículo sufrió una avería. La asistencia y la reparación les saldrá gratuita. Es un gesto de solidaridad que se suma a los repetidos a lo largo de España.
"Supusimos que no habían cenado y les invitamos", dice uno de los mecánicos que acudió en su ayuda. No les cobrará por la reparación del coche y se lo llevará al albergue en que están hospedados en Tarragona.
En Sagunto (Valencia) se ha habilitado un centro de acogida temporal. Allí hay varias familias de refugiados. Hacen vida allí, a su disposición tienen dormitorios, comedor y duchas para asearse. "Estoy durmiendo cuatro horas al día", dice uno de los organizadores del lugar. Apenas descansan, porque están preparándose para la llegada masiva de refugiados estos días. "Unas 50 o 60 personas pueden venir", dice uno de los voluntarios.
Estos son gestos que se suman a los de otros españoles estos días. Uno de los últimos es el del cocinero Andrés Torres, que ha viajado en coche hasta Ucrania para alimentar a los ucranianos que lo han perdido todo. En una misión similar está el chef José Andrés, Está repartiendo comida en la frontera con su ONG World Central Kitchen. Otro ejemplo es el de Héctor Pérez y Paulo Ribeiro, que viajaron en coche desde Lugo a la frontera de Ucrania con Polonia. Lo hicieron para acoger a ucranianos huidos de la invasión.