La encontraron viva nada más llegar a un mundo que, a su alrededor, estaba rodeado de destrucción. Aún con el cordón umbilical unido a su madre muerta, la bebé recién nacida había sobrevivido entre los escombros causados por el terremoto en Siria. Al igual que su progenitora, su padre y sus cuatro hermanos también habían muerto por la catástrofe, pero ella, milagrosamente, fue rescatada con vida. Desde entonces, no han parado de sucederse los mensajes para intentar adoptarla, pero ya tiene familia y nombre: Aya.

Huérfana nada más nacer, la pequeña se recupera en el hospital. Presentaba un gran hematoma en la espalda y heridas en la cara, la frente, la oreja y las costillas, pero se encuentra bien y saldrá adelante en medio de la devastación provocada por el seísmo.

“La hemos llamado Aya”, cuentan sus médicos en el Hospital Cihan, en Afrin, Siria, donde está siendo atendida. El nombre, como cabe prever, está cargado de simbolismo. Significa ‘una señal de Dios’; significa milagro.

Contra lo que se temía en un principio, afortunadamente, como ha contado el doctor Hani Maarouf en declaraciones recogidas por The Guardian, su columna no está dañada y su condición está mejorando día tras día.

Cuando salga del hospital, de ella se hará cargo su tío abuelo, Salah al-Badran, quien también ha sido víctima de la tragedia y la desolación dejada por el terremoto.

Residente en la ciudad de Jenderis, al noroeste de Siria, su casa también fue destruida por el seísmo, y ahora tanto él como su familia, de 11 personas, sobreviven en una tienda de campaña tras conseguir escapar.

“Después del terremoto, no hay nadie capaz de vivir en su casa o edificio. Solo el 10% de los edificios aquí son seguros para vivir y el resto son inhabitables”, explica en declaraciones recogidas por el medio británico, dando cuenta de la dramática situación.

Mientras la bebé se recupera y sale del hospital, los equipos de rescate continúan trabajando al límite en la búsqueda de más supervivientes. Contra reloj, son conscientes de que el tiempo se agota y “cada minuto que pasa reduce las posibilidades” de hallar con vida a los desaparecidos. Ya es el quinto día de rescates en la zona, y la situación es tan terrible que ellos mismos no pueden evitar el colapso.

En total, ya son más de 21.000 los fallecidos en la tragedia, pero todos temen que esta cifra siga disparándose en las próximas horas tras haber pasado las primeras 72 horas clave para la supervivencia de los atrapados.

Solo en Turquía se contabilizan más de 18.000 muertos y 74.200 heridos, mientras en Siria también estas cifras se cuentan por miles. En total, más de 6.000 edificios cayeron derrumbados ante la fuerza del terremoto, que ha obligado al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan a declarar tres meses de estado de emergencia por lo que ya consideran como la catástrofe más letal en un siglo.