Laura de Chiclana, entre bombardeos en Jersón, testigo del grito desesperado de un hijo ante su madre herida
Laura de Chiclana, testigo directo de los duros bombardeos contra la ciudad liberada de Jersón
Laura de Chiclana testigo directo en Jersón: "La madre se está desangrando, el hijo pequeño está llorando. La situación es muy crítica".
Moscú denuncia la ejecución de militares rusos y Kiev asegura que es un montaje: la ONU lo investiga
Nuestra compañera Laura de Chiclana y su equipo se han visto sorprendidos por los ataques de los rusos sobre un puente de Jersón, ciudad liberada pero acosada por las bombas. Allí ha sido testigo de una situación muy dramática que Laura contaba mientras las bombas no paraban de rugir. "Estamos ahora mismo debajo del puente de Antonovsky, refugiándonos, están atacando muchísimo los rusos y acaba de impactar una de las bombas junto a una familia. La madre se está desangrando, el hijo pequeño está llorando. La situación es muy crítica".
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El rostro del dolor y rabia de un hijo al ver desangrarse a su madre
Las cámaras de Telecinco han captado en directo el rostro de dolor y rabia de un chaval que asiste impotente cómo tratan de salvar la vida a su madre. La mujer ha resultado gravemente herida en uno de los ataques lanzados por los rusos desde la otra orilla del río Dnieper. Bombas que siguen cayendo mientras se atiende a la víctima. Kiev asegura que se trata de la venganza de los invasores contra las personas que se han quedado en Jersón tras su salida.
La respuesta del ejército ucraniano son los disparos de francotiradores, muchos saben ya que no les va a quedar más remedio que cruzar al otro lado y combatir cuerpo a cuerpo.
A pesar del peligro, los vecinos siguen yendo cada día al río para conseguir agua. Porque en la ciudad no hay casi nada de lo básico para vivir. Las autoridades se plantean una evacuación general si la situación no mejora. En estas tiendas donde la gente busca un poco de calor mientras recargan sus móviles las caras que encontramos no son precisamente de optimismo.
"Ha comenzado el invierno y no sabemos qué pasará después. Los bomberos nos trajeron agua no potable... pero se congelará a menos que la entremos a casa”, explica Tetiana Reznychenko, de 43 años, a Reuters. ¿Qué pasará después? Pues que vivir será una cuestión de supervivencia, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El invierno pone en peligro la vida de millones de personas. La mitad de la infraestructura de energía está dañada o destruida y 10 millones de personas no tienen electricidad”, alerta el director regional de la OMS en para Europa, Hans Henri P Kluge desde Kyiv. Sin calefacción, electricidad y agua, sobrevivir va a ser una odisea.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, anunció el lunes que proporcionará, alojamiento y atención médica, con prioridad para las mujeres con niños, los enfermos y los ancianos, a quien quiera ir áreas más seguras en el centro y oeste del país. Otros funcionarios regionales y municipales han sugerido a los vecinos de Kyiv, la capital, y de otras áreas que puedan permitirse salir de Ucrania durante unos meses que lo hagan. De esta forma ayudarán a ahorrar energía para los hospitales y otras instalaciones clave. “Prevemos que entre dos y tres millones de personas tengan que dejar sus casas en busca de calor y seguridad”, calcula la OMS.
La operadora eléctrica estatal de Ucrania, Ukrenergo, ha alertado de las Fuerzas Armadas rusas han logrado infligir daños en la gran mayoría de las "grandes centrales" energéticas ucranianas, algunas de las cuales han sido atacadas en hasta ocho ocasiones. "Prácticamente todas las centrales térmicas e hidroeléctricas, si hablamos de grandes centrales, resultaron dañadas y alcanzadas por cohetes", ha dicho el director de Ukrenergo, Volodimir Kudristki, recoge la agencia UNIAN.
Kudristki ha denunciado que la escalada de destrucción es "colosal", pues en ocasiones los trabajos de reparación de algunas centrales y el reabastecimiento a la población no se ha culminado cuando Rusia ya estaba lanzando una nueva ofensiva.
Es por esto que las autoridades ucranianas se han visto a aplicar cortes de suministro de emergencia, pues necesitan tanto limitar el consumo como disponer de más tiempo para llevar a cabo las operaciones de reparación necesarias. "A día de hoy, el sistema de energía no puede generar tanta electricidad como a los consumidores les gustaría", ha reconocido el máximo dirigente de la operadora eléctrica estatal ucraniana.
Rusia ha intensificado su ofensiva contra Ucrania en las últimas semanas, fijando en esta nueva oleada de ataques las instalaciones energéticas del país como principal objetivo.
La situación en los hospitales es también crítica y el frío que llega hace difícil la supervivencia en estas circunstancias. “Los ataques a la infraestructura de salud y energía significan que cientos de hospitales e instalaciones de atención médica ya no están en pleno funcionamiento y carecen de combustible, agua y electricidad”, asegura Kluge, que ha registrado más de 700 ataques contra centros médicos desde el inicio de la invasión el 24 de febrero. “Las salas de maternidad necesitan incubadoras; los bancos de sangre necesitan refrigeradores; las camas de cuidados intensivos necesitan ventiladores; y todos requieren energía”, recuerda el representante de la OMS.
Tortura y muerte
El Comisionado del Parlamento de Ucrania para los Derechos Humanos, Dimitro Lubinets, ha calificado de "aterradora" la escala de violaciones de Derechos Humanos registradas en la región de Jersón tras la retirada de las tropas rusas.
"Hoy hablé con un tipo que fue retenido en un lugar durante 45 días y torturado. En ese momento, vio a decenas de personas siendo torturadas. Fueron golpeados con electricidad, tubos de metal, les rompieron los huesos, y todo esto sucedió en cámara, es decir, los rusos lo filmaron todo", ha indicado.
En este sentido, Lubinets ha sentenciado que los militares rusos "parece que obtienen cierta satisfacción cuando matan y torturan" a ucranianos, llegando a aseverar que no ha visto tales escalas de violaciones ni en las regiones de Járkov y Kiev, según ha recogido la agencia de noticias Ukrinform.
Según ha precisado, actualmente hay dos cámaras de tortura en Jersón donde decenas de personas habrían sido torturadas e incluso asesinadas. Así, se ha mostrado seguro de que este tipo de lugares se encontrarán en otras zonas de Ucrania, ya que estos sistemas están diseñados especialmente por Rusia para "matar civiles".
El Comisionado de Derechos Humanos ucraniano también ha afirmado que hay información sobre una gran fosa común en la región de Jersón. "También exigiremos la creación de un tribunal separado para condenar tales acciones", ha enfatizado.