Un ataque de las fuerzas rusas contra la ciudad ucraniana de Vínitsia, situada en el centro del país, ha dejado veinte muertos, entre ellos tres niños, según ha confirmado el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania. Los ataques rusos se recrudecen por momentos, como ocurrió hace unas dos semanas en Mikolaiv, en el sur de Ucrania.

En este último ataque, al menos 90 personas han resultado heridas. Al igual que el pasado fin de semana en el municipio de Chasiv Yar, en la castigada región del Donbás, el objetivo de los bombardeos del Kremlin ha vuelto a ser la población civil.

"Los cohetes rusos han impactado en el centro de Vínitsia. Hay heridos", ha señalado el jefe adjunto de la oficina del presidente de Ucrania, Kirilo Timoshenko, en un breve mensaje en su cuenta en Telegram. "Es otro crimen de los ocupantes en nuestra pacífica ciudad", ha comunicado Timoshenko antes de recordar que la localidad está lejos de las líneas de frente.

Asimismo, ha manifestado que "los rusos han golpeado el centro de Vínitsia con misiles de crucero 'Kalibr' lanzados desde un submarino en el mar Negro", sin que Moscú se haya pronunciado por ahora sobre lo sucedido. "Las operaciones de rescate siguen activas", ha zanjado Timoshenko.

Minutos antes, el jefe adjunto de la oficina del presidente de Ucrania, Kirilo Timoshenko, ha apuntado que al menos tres niños han perdido la vida en el ataque.

Según las informaciones recogidas por la agencia ucraniana de noticias Ukrinform, los proyectiles han impactado contra un edificio de oficinas, que ha quedado totalmente destruido, mientras que varios edificios residenciales situados en los alrededores han sufrido daños materiales.