Álex, el héroe de As Pontes: con solo 13 años, fabrica máscaras de protección contra el coronavirus
Su impresora fabrica una máscara cada dos horas
Policía Local y Protección Civil las distribuyen
La solidaridad emerge en plena pandemia entre particulares
En As Pontes (A Coruña), un niño de solo 13 años se ha convertido en todo un héroe. Se llama Álex y está fabricando máscaras de protección en plena lucha contra la pandemia del coronavirus.
Su curiosidad por la informática le llevó a pedir por su cumpleaños una impresora 3D con la que ahora fabrica este material. El objeto tan valioso y domicilio se encuentra en su habitación, donde no hay lugar para videoconsolas.
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Sus máscaras ya inundan los locales de la pequeña localidad. Las entregó a la Policía Local y a los voluntarios de Protección Civil para que pudieran repartirlas a quienes las necesitasen.
Es otro voluntario más, pero sorprende por su edad. En poco más de dos horas estas habilidosas manos son capaces de fabricar una máscara con la que se pueden evitar contagios.
Particulares y empresas, solidarios con la crisis
Multitud de particulares y empresas están realizando con impresoras 3D material sanitario para la lucha contra el coronavirus. Incluso la red, de nuevo, vuelve a ser un espacio de reunión. Precisamente, 'Coronavirus Makers' es un movimiento que ha surgido y se ha organizado a través de las redes sociales para la fabricación de equipamiento sanitario desde impresoras 3D en sus propios hogares y ya ha realizado múltiples donaciones.
El mismo Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de un grupo de investigadores, integrado por químicos, físicos, biólogos e ingenieros, ha comenzado a producir pantallas de protección individual para el personal sanitario de Madrid, elaboradas también mediante la técnica de impresión 3D.
La fabricación 3D tiene la ventaja de que no es necesario fabricar un molde, como ocurre en la fabricación por inyección, lo que permite disponer del producto final en poco tiempo y reproducirlo cómodamente. Aunque la fabricación por inyección permite mayores tiradas, la impresión por 3D es más ágil a la hora de rediseñar el producto final. Además, la impresión por filamento no requiere rellenar el producto por completo, lo que da más ligereza al producto final y ahorra en material, según indican los investigadores del ICTP.
Pero, en esta búsqueda incesante de material sanitario, que en estos momentos es “insuficiente”, según ha admitido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no solo se está utilizando el que procede de compras o impresoras 3D. Ya hemos visto como sanitarios tiran de ingenio para protegerse con objetos cotidianos como bolsas de basura o gorros de ducha.
De forma más profesional, en Almería en un taller de confección ha aprovechado los plásticos que cubren los invernaderos y ahora se cosen trajes de protección con este mismo material.
Incluso, y esto sí han logrado implementarlo con eficacia para casos leves, ante la falta de respiradores, se están empleando máscaras de buceo, que con una pieza también elaborada con impresoras 3D, permiten que los pacientes puedan respirar.
Esta herramienta deportiva que vemos todos los veranos en nuestras playas, se probó en Italia en primer lugar como complemento a los respiradores. Los buenos resultados han animado a Hospitales como el Montepríncipe o el 12 de Octubre a realizar pruebas para testar esta técnicas funcionen.