Nissan hace oídos sordos a las protestas: no hay solución para Barcelona, pero salva Ávila y Cantabria
La unidad de Marketing y Ventas de Barcelona también se salvan
Miles de trabajadores en las calles, con barricadas, cortando la circulación, gritando para salvar sus puestos de trabajo, el futuro de sus familias intentan presionar a las autoridades españolas para evitar el cierre de Nissan en Barcelona. Y parece que sus esfuerzos van a caer en saco roto. Pese a las llamadas del Gobierno, vicepresidenta económica incluida, a llegar a un acuerdo que no sea el cierre, que le costará 1.000 millones a Nissan, no parece que vaya a haber solución.
El presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, ha asegurado que no existe "ninguna solución viable de futuro" para las instalaciones productivas del grupo en Barcelona, descartando así la posibilidad de que la compañía japonesa dé marcha atrás a su decisión de cerrarlas a partir de diciembre.
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Por contra, ha asegurado que las plantas que el grupo japonés tiene en Ávila (430 empleados) y Cantabria (535 trabajadores) seguirán operando "hoy y mañana" bajo el paraguas de Nissan, ya que cuentan con proyectos industriales propios "ajenos" a los de Barcelona. En concreto, el cierre afectará a los centros que Nissan tiene en Barcelona -Zona Franca (fábrica de furgonetas), Montcada i Reixac (ejes) y Sant Andreu de la Barca (suspensiones y bastidores)-, así como a los centros de I+D, recambios, distribución y compras, también en la Zona Franca. En total, estas áreas suman unos 3.000 trabajadores.
Ávila y Cantabria siguen adelante
Quedarán al margen del periodo de consultas que ahora se abrirá con sindicatos: Ávila (fabrica piezas de recambio para la alianza Renault-Nissan), Cantabria (fundición) y la unidad de Márketing y Ventas, ubicada en Barcelona y encargada comercial de la marca en España y Portugal, según Frank Torres, quien fuera máximo responsable de Nissan España y elegido por la marca para capitanear las negociaciones.
Las razones de un cierre
En rueda de prensa virtual, De Ficchy ha atribuido la decisión de cerrar Barcelona al exceso de capacidad de producción del grupo por la caída del mercado de furgonetas, ante las medidas de movilidad adoptadas en muchas ciudades; así como a que Mercedes optara por dejar de producir la Clase-X en la planta de Nissan en de mayo de este año. El directivo ha subrayado que estaba previsto que Mercedes fabricara en Barcelona esta "pick up", que suponía el 57 % de la actual carga de trabajo de la planta, hasta finales de 2027, a lo que ha añadido que en los últimos meses la fábrica trabajaba ya a un 20 % de su capacidad.
"Estaba previsto que este nivel de utilización se redujera aún más y, en las actuales circunstancias de mercado, la adjudicación de un nuevo moldeo no sería suficiente para hacer rentable y sostenible la fábrica de Barcelona", ha asegurado Ficchy, quien ha agradecido el apoyo recibido desde el Gobierno y la Generalitat para intentar buscar una solución para la planta catalana.
Las ayudas no permiten la viabilidad
No obstante, ni si quiera las ayudas que estaban dispuestas a poner sobre las mesa ambas administraciones permitirían dar un futuro viable a la fábrica, según el ejecutivo, quien, no obstante, ha rehusado cuantificar cuál habría sido la inversión necesaria para mantener abierta la fábrica. "Es una situación francamente difícil. Hemos analizado exhaustivamente y numerosas veces todas las opciones (...). Por desgracia, pese a las ayudas, se ha llegado a la conclusión de que no hay ninguna solución viable de futuro", ha lamentado Ficchy, que tampoco ha cuantificado el coste que tendrá el cierre de la planta y que el secretario de Industria, Raúl Blanco, ha cifrado en más de 1.000 millones de euros.
Tras recibir esta mañana comunicación oficial de la decisión de cierre, desde el Ministerio de Industria han lamentado la decisión, al tiempo que han ofrecido a la firma japonesa crear un grupo de trabajo para buscar alternativas a la fábrica. Industria sostiene que la continuidad de la planta de Barcelona es posible mediante el plan de viabilidad presentado hace unos meses a la presidencia de Nissan Motor y elaborado de manera conjunta por Industria y la Generalitat de Cataluña, con el apoyo del Ayuntamiento de la Ciudad Condal y el Consorcio Zona Franca.
"La planta de Barcelona tiene carácter estratégico, ya que abandonar la Ciudad Condal y España es abandonar la Unión Europea, con el consiguiente coste reputacional en un mercado de más de 500 millones de habitantes", ha afirmado Industria en un comunicado tras conocer la decisión de cierre. No parece que estas palabras vayan a hacer cambiar la opinión de Nissan. El cierre, parece, no tiene vuelta atrás.