Generación perdida por el coronavirus: seis de cada diez jóvenes cree que no encontrará trabajo en tres años
La mitad se ve trabajando en lo que sea y un 31% se prepara para recortar hasta en alimentación
El aspecto positivo: más tiempo para uno mismo y ver más cosas positivas en la familia
El mayor miedo para un 43% es ahora contagiar a su familia
¿Generación perdida por el coronavirus? Los jóvenes suelen ser los protagonistas de la actualidad durante la pandemia, pero la mayoría de las veces por no cumplir las normas y no es del todo justo. Porque la gran mayoría las respeta y el impacto de coronavirus en este sector de la población está siendo sideral en todos los aspectos. El primero en sus relaciones sociales, afectivas, y en su estado de ánimo. Son los más proclives a la depresión, de hecho, en estos tiempos. Y también va a tener un impacto en un futuro que se ve más negro, después de que una generación que ya ha sufrido el impacto de la crisis de 2008.
La covid ha empeorado la percepción de los jóvenes sobre su futuro y hasta un 62 por ciento ve difícil encontrar empleo en los próximos tres años, un 54 por ciento se ve trabajando "en lo que sea" y un 31 por ciento sospecha que tendrá que recortar en gastos básicos como la alimentación.
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Según la encuesta online realizada por la Fundación Pfizer y la Fundación de Atención a la Drogadicción (FAD) en los meses de junio y julio a jóvenes de 15 a 29 años, la preocupación por el futuro ha sido la tónica general del 85 por ciento de los entrevistados y un 43 por ciento cree que se verá abocado a depender económicamente de su familia y ve que se aleja la posibilidad de emanciparse.
La cara positiva del coronavirus: más tiempo para ellos mismos
No obstante, el sondeo online (basado en 1.200 entrevistas) también revela aspectos positivos. Un 52,6 por ciento de los jóvenes afirma haber descubierto durante el confinamiento la satisfacción de tener tiempo para sí mismos y un 41,8 por ciento ha percibido "cosas positivas" de su familia en ese periodo aunque un 43 por ciento describe como "terrible" no poder moverse.
La encuesta también refleja el realismo de los jóvenes. Un 49,8 por ciento se muestra preocupado por las diferencias sociales y un 30 por ciento cree que tras la pandemia aumentará el interés general por la defensa de los servicios públicos, la política y la ecología.
El mayor miedo: contagiar a la familia
Para los encuestados los mayores miedos durante el confinamiento han sido contagiar a su familia, en un 43 por ciento; que se produzcan rebrotes (30 por ciento), tener que volver a confinarse (29 por ciento) o contagiarse ellos mismos (28,7 por ciento).
Ya en el ámbito más personal, de cómo ha cambiado sus rutinas el confinamiento, un 37 por ciento dice que lo que más le ha afectado es querer disfrutar más de la vida, si bien en este aspecto se aprecian diferencias de género.
"Disfrutar más de la vida" es importante para el 46,5 por ciento de las mujeres frente a un 27,6 por ciento de varones. Otros cambios que percibe el 30 por ciento (porcentaje similar en ambos sexos) se refiere a ser "más responsable, más trabajador, más optimista y más solidario" tras la experiencia vivida del coronavirus.
La imagen del joven narcisista no es real
El estudio "Jóvenes en pleno desarrollo y en plena pandemia", de la Fundación Pfizer y la FAD, también ha contado con la valoración de la socióloga y profesora de la Universidad de Barcelona Marga Marí-Klose y del sociólogo y profesor de la Complutense Pablo Santoro. Para Santoro, el estudio demuestra que los jóvenes temen por su autonomía y que esa transición a la vida adulta está en peligro por el coronavirus. Para este sociólogo, esa percepción tiene algo de "trágico" por la pérdida que supone para la sociedad que los jóvenes no puedan desarrollarse en su plenitud y se sientan "coartados". Santoro apela a ayudar a los jóvenes para que, pese a la pandemia, se produzca una ganancia de su autonomía.
Mientras, la socióloga Marí-Klose ha puesto en valor el interés de los jóvenes con los servicios públicos, con la política y con la ecología, "una imagen -ha dicho- que dista mucho del joven pasota y narcisista que solo piensa en pasarlo bien". Marí-Klose ha subrayado que la encuesta demuestra que a los jóvenes les preocupan cuestiones "fundamentales para la mejora de la calidad de la democracia", algo, que ha comentado, se ha visto en crisis anteriores. La socióloga ha apelado a aprender de otras crisis, como la de 2018, que tuvo consecuencias "enormes" para los más jóvenes como los recortes en educación o el aumento de las tasas universitarias. Por ello y dado que no se puede garantizar que cada generación viva mejor que la anterior, esta socióloga ha pedido que las respuestas se busquen en el marco de la protección social porque "los jóvenes son los que lo sostienen"