Descubren el origen de los trombos que provocan las vacunas de AstraZeneca y Janssen y su solución
El problema estaría en los vectores de adenovirus que usan las dos vacunas
Algunas proteínas son expulsadas del núcleo celular propiciando los trombos
Pfizer BioNtech y Moderna usan otro sistema que evita este problema de trombos
Investigadores alemanes siguen descubriendo las causas y soluciones que estarían detrás de los raros trombos que sufren ajunas personas vacunadas con los sueros de AstraZeneca y Janssen. Los últimos descubrimientos pendientes aún por verificar corresponde a un grupo de científicos de la Universidad Goethe, Frankfurt, encabezados por Rolf Marschalek. Estos afirman haber descubierto la causa que provoca los trombos y aseguran que se puede solucionar.
Según informa 20Minutos citando al Financial Times, "el problema estaría en los vectores de adenovirus que ambas vacunas utilizan para introducir en el organismo la proteína de la espícula del Sars-CoV-2".
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Estas mismas fuentes apuntan que "una vez en el interior del núcleo, algunas partes de la proteína se empalman o se separan y crean nuevas versiones, que no pueden unirse a la membrana de la célula, donde se produce una cantidad importante de la inmunización".
Estas partes de la proteína que quedan flotando son expulsadas de la célula y provocan trombos en una de cada 100.000 personas.
Esto no ocurre en el caso de las vacunas de Pfizer BioNtech y Moderna que al tratarse de ARN mensajero "llevan el material genético de la espícula al líquido de la célula y nunca entra en el núcleo"
Otras explicaciones
Alemania está liderando la búsqueda de explicaciones y soluciones a este problema cuya incidencia se estima en tan solo 1 caso por cada 100.000 vacunados. El pasado mes de marzo, investigadores de la Universidad de Greifswald (Alemania) descubrieron que algo en la vacuna interactúa con una proteína de las plaquetas llamada factor plaquetario 4 (PF4), lo cual desencadena una reacción autoinmune. Hasta ahora el principal sospechoso era el adenovirus que usa el fármaco para engañar a nuestro cuerpo y convencerlo de generar una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2.
Pero antes de acabar en el interior de la jeringuilla, los adenovirus tienen que multiplicarse. Como todos los virus, necesitan crecer dentro de una célula. Ahí reside el primer hallazgo del nuevo estudio: el suero de Oxford/AstraZeneca contiene proteínas no virales que se originan durante el proceso de fabricación. "No son solo del adenovirus, la mitad son derivadas de las células humanas que se usan para que se multipliquen", anunciaba Andreas Greinacher, del equipo de la Universidad de Greifswald.