Alejandra González tiene 10 años, es de Toledo y es una apasionada de “la copla y el flamenco”. Así se lo contaba a Jesús Vázquez, que incluso antes de verla sobre el escenario de 'Idol Kids' ya vaticinaba: “A Isabel Pantoja le va a encantar seguro”.
Y así ha sido. Mientras Alejandra interpretaba el tema ‘Mi niña Lola’, Isabel Pantoja no dejaba de vitorear a la artista. Pero la gran sorpresa para Pantoja ha llegado cuando la pequeña contaba con quién había acudido a Idol Kids: además de su familia, estaba allí también su profesor de canto, Rafael Rabay, que ha sido productor de muchos artistas, entre otros de la propia Isabel Pantoja.
Con todo el subidón de la actuación y la declaración de intenciones de Alejandra, que ha dejado claro qué quiere conseguir: “Llegar a la final y demostrar a todos el arte que llevo dentro”, Pantoja ha explicado el motivo de su gran emoción: “Esta canción nos trae un recuerdo muy especial a mi familia. A parte de eso, a mí me has gustado desde que has salido. Ensaya mucho, cariño, ensaya también a pasearte por el escenario para llenarlo. Felicidades”
Carlos Jean también se ha mostrado encantado con la actuación de Alejandra: “Tienes alma, un espíritu de poderío en el escenario y eso es muy importante”. Finalmente, Edurne le daba un gran consejo a la pequeña: que no descuidara las partes de la canción donde no cantaba para continuar llenando el escenario en esos momentos también.
Con todo, y pese al no de Carlos, justificado como un pequeño toque de atención para que Alejandra no descuide graves, la artista conseguía la aceptación del 87.6% del público.
Con Alejandra loca de contenta por saber que pasaba a la siguiente fase, aparecía Jesús Vázquez en el escenario para sorpresa de todos. Y no lo hacía solo, le acompañaba el profesor de la pequeña artista, Rafael Rabai.
Tanto Pantoja como el propio Rabai no podía evitar emocionarse y la tonadillera contaba su historia con el productor musical: “Es para mí uno de los mejores maestros y compositores que hay hoy por hoy, de todo, pero más que nada de la copla. […] La historia mía con Rafael es muy bonita. Vivíamos en el barrio de Triana y todos los días iba a dar clase a su casa. Media vida con el maestro Rabai, para el que yo pido un fuerte aplauso”.