La hija de Isabel Preysler es una persona muy religiosa y no sólo reza el Rosario para desestresarse o evitar males, Tamara asegura que, siempre que puede, lleva un vaporizador de agua bendita en el bolso por lo que pueda pasar. La joven cuenta a Jordi González lo que le llevó a cambiar de vida y volverse una persona tan religiosa.