Rosa quiere dar un mensaje muy especial a Chelo, su amiga de toda la vida. Con ella ha vivido momentos muy importantes: su boda, el nacimiento de sus hijos, noches de fiesta, etc. Para Rosa, mantenerse unida a sus raíces es una de las cosas más importantes. Con la segunda hija de su amiga Chelo, Rosa observa que tiene algún problema porque la niña no deja de llorar. El bebé había padecido sufrimiento fetal y las consecuencias iban a marcar el resto de su vida. La niña tiene parálisis cerebral. Desde ese momento, Chelo y su marido viven dedicados a mejorar la calidad de vida de la pequeña Ayeisa. Rosa quiere rendir un homenaje a una gran mujer, su amiga Chelo.