Rosa Benito recuerda cómo conoció a Rocío Jurado en el año 1977, el mismo día que conoció a Amador. "Rocío era una mujer muy espléndida en todos los sentidos. Siempre decía que tenía una misión de ayudar y que si le pedían, lo daba", cuenta Rosa. Nos cuenta que en casa era la primera en ponerse el delantal o fregar. "Para la familia, Rocío Jurado será irrepetible, como artista y como persona", asegura Rosa.