Bertín, a Mª José: "Nuestros hijos son muy listos, pero les cuesta más expresarlo"

telecinco.es 12/02/2014 23:04

La historia de María José comienza en Moaña, Pontevedra, en 1988. Nuestra remitente se siente inmensamente feliz el día de su boda con Fernando, el hombre de su vida. El mayor deseo de la pareja es tener hijos, pero tendrán que esperar cinco años hasta que María José se queda embarazada de gemelos.

En el sexto mes de embarazo, los médicos comunican que uno de los niños es algo más pequeño. En principio es algo normal, pero en los últimos meses de embarazo, los médicos dan la voz de alarma: la diferencia de peso entre los gemelos es alarmante.

A María José le practican una cesárea. Tras el parto, nuestra invitada nota que su marido ha estado llorando, pero éste le quita importancia y no le da ninguna información. María José va a ver a sus hijos al día siguiente. En primer lugar conoce a Brais, un niño sano y guapísimo que permanece en la incubadora. Después conoce a Yago, el bebé se encuentra en la UCI y pesa la mitad que su hermano.

María José se marcha a casa sin sus bebés. Dos semanas después, Brais recibe el alta, pero Yago sigue ingresado en el hospital. A las dos de la madrugada de un sábado, María José recibe una llamada del hospital: Yago debe ser intervenido de urgencia por una infección en el intestino. Tras la operación, Yago aumenta de peso y sale adelante. El bebé debe someterse a una prueba en otro hospital, que confirma que el niño tiene parte del cerebro dañado.

En medio de toda esta lucha por su hijo, se topan con la realidad de Brais. El hermano de Yago no se comporta de forma normal en el colegio y en una ocasión llega a autolesionarse para llamar la atención. Los médicos confirman que tiene trastorno de personalidad, hiperactividad y dislexia.

Hay un punto y aparte en la vida de María José. Una noche, ve una entrevista de Osborne en la que narra cómo lleva su lucha diaria con su hijo Quique, que nació con parálisis mental. Cuando descubre que Bertín va a dar un concierto en una localidad cercana. A pesar de no poder acceder hasta el escenario con su hijo, Bertín se fijó en el niño y al verle a la salida del concierto, detuvo su coche para darle un beso y decirle algo al oído que su madre no pudo escuchar. Ahora, el cantante recuerda todo, incluso lo que le dijo al pequeño Yago.