La historia de Pino comienza en los años 50 en Las Palmas de Gran Canaria. Desde muy pequeña, crece unida a su prima Pimpina, dos años, menor que ella. Las dos son unas niñas buenas y responsables, a las que les gusta ir a la playa y a coger cangrejos y caracoles.
Con el paso del tiempo, las dos primas cambian sus juguetes del colegio por las inquietudes de adolescente, pero siguen siendo uña y carne. Se vuelven más coquetas, salen de fiesta, y como no, hablan de chicos. Ambas se fijan en dos jóvenes del barrio, en concreto, Pimpina se queda prendada de Sócrates.
Un 24 de junio, cuando están disfrutando de la noche de San Juan, acuden a saltar las hogueras y pedir un deseo. Pimpina lo tiene claro y pide que ese joven que le gusta se fije en ella. Superstición o no, al poco después Sócrates empieza a prestarle más atención a Pimpina, al punto de convertirse en novios.
Pino es una de las primeras personas en enterarse de que su prima pasará por el altar, ya que es su confidente. Vive la noticia con auténtica locura porque quiere a Pimpina como si fuera su hermana. Nuestra remitente es testigo de excepción de la felicidad de su prima, una mujer vital y muy alegre, que junto a su marido Sócrates va de terraza, de viajes, a la playa, siempre juntos.
Sus tres hijos varones se convierten en su debilidad, y la cantante Tamara pone la banda sonora a su historia de amor, sobre todo el tema ‘Si nos dejan’. Pimpina compra todos los discos de la cantante sevillana, a la que llama cariñosamente mi niña Tamara. En su casa y en el coche siempre se escuchan las melodías de sus canciones.
Sin embargo, el destino le tiene guardado a nuestra destinataria un inesperado revés. El 15 de noviembre de 2010 llueve con fuerza en las islas y Sócrates, que trabaja en la construcción, se despide como cada mañana con un ‘hasta luego’. Ninguno de los dos sospecha que será para siempre, ya que horas después Pimpina recibe una llamada donde le dicen que Sócrates ha perdido la vida en un accidente laboral.
Para Pino también fue un fatídico día y ve como día a día Pimpina se convierte en una sombra de lo que era. Cae en una profunda depresión y sólo quiere pasar los días tumbada en la cama. Pino la llama diario y la visita para que salga a pasear, pero todo es inútil. Nada de lo que ocurre a su alrededor le importa y sus hijos empiezan a preocuparse por su salud mental. Después de una larga temporada, Pimpina acaba por darse cuenta de que la vida sigue y gracias a su familia más directa consigue ver la luz.
Pimpina ha llegado a plató sin saber la sorpresa que le esperaba. Al abrir el sobre y ver a Tamara, no ha podido reprimir las lágrimas. “Yo he venido aquí para darte un mensaje de ánimo. Primero darte las gracias tu fidelidad a mi música porque para mí es un placer. También quiero decirte que te animes, que salgas, tu marido querría que sigas como siempre has sido y que escuches las canciones que os gustaban pero con positividad”, le ha dicho Tamara después de cantarle un trocito de ‘Si nos dejan’, la canción favorita de Pimpina.
Pino, priam de la destinataria, también ha querido tener unas palabras de apoyo y cariño para Pimpina: “Te he traído aquí para decirte todo lo que te quiero y darte también ánimos. Quiero que sigas para delante. Él donde esté te está viendo, y quiere que seas fuerte. Eres una mujer luchadora, una buena madre y una buena esposa. Te quiero”.
Pimpina, visiblemente emocionada, ha agradecido tanto a su prima Pino como a Tamara los mensajes de apoyo, y ha contado cómo le ha ayudado Pino en los buenos momentos cuando que eran pequeñas y en los malo, desde la muerte de Sócrates.
Tras cerrar el sobre y fundirse Pimpina en un cariñoso y fuerte abrazo con Pino, Tamara ha querido obsequiarlas a ambas y a todo el público presente en plató con una canción de su último disco ‘Incondicional’.