Jesús acepta la invitación y después de abrirse la solapa, ve a su madre. “Me tienes como una reina, no sabes todo lo que haces por mí y no sé cómo te lo podré agradecer - dice Mari Carmen-. Cada mañana que me levanto eres mi alegría, quería que el mundo entero viera lo buen hijo que eres, te quiero con locura”.