Nuria tiene 33 años, se traslada a Canarias a trabajar y se enamora de un chico inglés. No tardan en irse a vivir a Londres juntos. A los dos años se queda embarazada y es cuando la pareja decide regresar a España. A los cinco meses de nacer el bebé sucede algo inesperado: su chico se retrasa, le espera, le llama, pero no hay rastro. Asustada llega a casa y teme lo peor: los armarios están vacíos. A los tres días el chico llama a Nuria y le dice que no aguanta más, que no se adapta a la vida en España.
Entonces Nuria empieza a cambiar de vida, sus padres jamás le ven a Nuria consumir pero son conscientes de que tiene un problema. Nuria consume todas las noches a solas durante más de cuatro años. No soporta el gasto de su adicción y empieza a endeudarse.
Tras esta etapa, Nuria lleva dos años sin consumir cocaína, ha recuperado su vida, vive con su hijo y la relación con sus padres va mejorando.