La historia de Sheila comenzó el día de la muerte de Lola Flores. Vio la reacción de Lolita a través de la televisión, Sheila aún era una niña, y pensó que quería consolarla y ayudarle a superar esa dura situación. Poco después, su madre y su abuela la llevaron engañada al parque de atracciones pero, en realidad, iba a sentarse en la primera fila de un concierto de la cantante.
Finalmente, pudo conocerla. Sheila contaba que Lolita se quitó una pulsera y se la regaló. Más tarde, le escribiría una carta. Según narraba Jorge Javier Vázquez, entre ellas "surge una amistad". Esta amistad continuaba cuando, a los 18 años, Sheila decidió ser monja, se lo dijo a Lolita y ambas se emocionaron. En el convento pasa 5 años, pero finalmente decidió dejar los hábitos: "antes de comunicárselo a sus padres, llama a Lolita (…) Los meses siguientes lo pasa mal, se siente perdida, pero la mayor de los Flores siempre sigue ahí".
En septiembre del año 2009, Sheila va a un concierto y se funden en un abrazo. Sin embargo, desde aquel momento han pasado 5 años y no se han vuelto a ver, de vez en cuando se llaman pero "Sheila considera le como una padre a la que puede acudir y no quiere que pase tanto tiempo sin verla", explicaba el presentador.
Lolita recibió la invitación del programa, la aceptó y llegaba al plató. "Estoy nerviosa y contigo delante más", decía a Jorge Javier Vázquez, "deberías estar nerviosa porque con la vida que has llevado imagínate lo que puede salir aquí", respondía el presentador entre risas, "y tú", replicaba ella.
Y la solapa del sobre se levantó. Lolita no tardó en reaccionar: "¡Tú eres Sheila! ¡Ay Sheila! ¡Qué alegría verte! Estás muy guapa". La joven lanzaba su mensaje a través de la pantalla: "He venido porque sabes lo importante que has sido siempre en mi vida, sigues configurándola. Me escribiste una cosa, me dedicaste ‘Quién lo va a detener’, me ponías que cuando creciera no me olvidara de ti. Quería decirte que ni me he olvidado y no lo voy a hacer jamás. Sabes que te quiero".
Lolita recibía este mensaje entre lágrimas: "Yo pensaba que solo se lloraba en casa. Es una sorpresa, llevo mucho sin verte, sé que vives en Barcelona, ahora voy menos…" y visiblemente emocionada bromeaba: "Me he llevado dos horas maquillándome para nada. La verdad es que me emociona verte porque te he visto crecer a mi lado, con mis canciones, desde que tenías ocho o nueve años…"
Jorge Javier apuntaba: "Es una historia muy especial" y Lolita continuaba diciendo que Sheila "también ha estado en momentos muy difíciles para mí (…) Tuve un momento muy bajo en mi vida, estaba sola, y se lo decía". La cantante aseguraba que con estas conversaciones "me ayudó mucho, tengo guardadas todas sus estampitas, aunque no comulgo mucho con la iglesia católica, sí comulgo con Dios. Eso es lo que tenemos en común, creemos mucho en Dios".
El presentador opinaba: "Debe ser una responsabilidad porque a la primera persona a la que llama cuando deja el convento es a ti", pero Lolita difería: "Pero a mí me encanta tengo un poco espíritu Elena Francis y cuando quiero a la gente no me importa en absoluto que me llame". Además, Lolita explicaba que en ella encontraba "paz" y "esperanza" dos cosas que "muchas veces las he perdido".
Sheila se declaraba "muy feliz" por poder estar cerca de Lolita. Jorge Javier reiteraba: "es una historia preciosa y Lolita concluía: "Es maravillosa, es una niña divina y ha sufrido mucho. Quizá ella me llamaba a mí por ser artista, por tener una mente más abierta". Tras el reencuentro, Lolita no podía ir sin cantar y lo hizo, con el tema ‘Mía’.