“Su historia comienza en Zaragoza en 1974. Es una joven de 15 años que ya sale de discotecas, una noche, hay una redada se asusta y se acerca a un chico alto y delgado unos años mayor, le pide que bailaran juntos y así evitar que le pidieran el DNI. Así conoce a Silverio, su primer amor. Es un chico juerguista, un barrio con fama de albergar a jóvenes rebeldes. Es cuatro años mayor que ella. Empiezan a quedar y siempre vuelven a casa en la línea 24 de autobús. Recuerda cuando Silverio va a buscarla cada tarde cuando sale del instituto alemán. La relación va cada vez más en serio.
En 1977 la relación es idílica hasta que él tiene que cumplir con el servicio militar. A Juani la distancia se le hace muy dura, conoce a otro chico y no espera a Silverio. Cuando Silverio vuelve, le propone irse a vivir juntos pero ella le cuenta lo que ha sucedido. Cuando acaban la mili, los dos tienen pareja se iban a casar pero ella no está convencida, le pide quedar para hablar y hacer planes pero él no se presenta. Juani se casa y un día tras muchos años sin verse, se lo encuentra un día por casualidad. Se cuentan que no les ha ido bien en el amor pero ninguno de los dos da un paso más. Desde aquel encuentro han pasado ya 20 años y no se han vuelto a ver. Juani se ha casado tres veces y tres se ha divorciado.
Juani ha buscado a su primer amor en más de una ocasión porque está convencida de que no le ha ido bien en ese terreno por ello. Cree que dejó abierta una puerta que hoy quiere cerrar”.