Juan aceptó la invitación del programa y acudió sin saber quién le esperaba al otro lado del sobre. Al abrirlo y ver a su mujer sólo pudo decir: "¡Cómo está de guapa!". Con los ojos empañados en lágrimas, Juan escuchó como su mujer le daba las gracias por haber estado a su lado cuando estuvo a punto de morir y aceptó, encantado, la proposición de Esther de volver a casarse en Las Vegas.

Además, Juan, también quiso declararse a su mujer, asegurándole que la ama por encima de todas las cosas, que tras la grave enferdad que ella sufrió se dio cuenta de que aún la ama mucho más, "aunque no necesitaba esto para saber todo lo que te quiero". Emocionado, el invitado confesó que no sabría vivir sin Esther y que por ella haría cualquier cosa que le pidiera.