"Juan Antonio, lo que tengo que decirte puedes imaginarlo, pero quiero que no lo olvides nunca. Cuando te conocí, supe que eres la persona que quiero tener a mi lado, pero tenía demasiado orgullo como para reconocerlo. Hemos pasado por momentos maravillosos, viajes de solteros que tanto disfrutamos, el día que decidimos casarnos, el nacimiento de Rocío... ¡Son tantos recuerdos!

Seguro que hay cosas que no voy a volver a recordar, pero sé que tú me vas a ayudar. Juan Antonio, he estado a punto de morir y sabes que aún no lo he superado, pero algo bueno he sacado de tanto sufrimiento: antes de que entrara en coma, la rutina diaria, el trabajo y mi egoísmo hicieron que me olvidara de ti, no porque no te quisiera, sino porque nunca pensé que te pudiera perder.

Te tenía seguro, no tenía que luchar por ti, pero al despertar me he dado cuenta de que mis sentimientos hacia los tres han cambiado, os quiero y os adoro por encima de todo. Me siento culpable por no haberos prestado, quizá, toda la atenció que os merecíais. Vosotros me habéis enseñado lo que es el amor verdadero, puro y sin condiciones. Como he dicho siempre, la vida me ha dado una segunda oportunidad y esta nueva voy a vivirla intensamente contigo, con nuestros hijos y con nuestra familia. Quiero estar siempre a tu lado, pase lo que pase, porque esta vez nada va a poder con nosotros. Juan Antonio, te quiero".