Óscar es independiente económicamente desde los 16 años porque trabaja en la empresa de su padre. Puede salir de fiesta los sábados pero poco a poco se van prolongando y a veces sale los viernes y llega los domingos ¿Cómo aguanta? Al principio, mezclando alcohol y pastillas. Sus padres no se enteran porque no tiene que pedir dinero. A los 21 años deja las pastillas y las cambia por la cocaína que es una droga mucho más cara. No puede comprarse caprichos porque todo se lo gasta en cocaína. Sus padres se enteran y lo ingresan en un centro de rehabilitación. Engaña a sus padres diciendo que está curado y sale pero vuelve a las andadas, a la droga y una noche se encuentra con las maletas en la puerta. Su padre no quiere que siga viviendo, su madre se enfrenta y le pide que deje dormir a su hijo en su casa.
Tras cuatro detenciones por tráfico de drogas a pequeña escala, Óscar va a la cárcel con una condena de seis años y medio. En la cárcel, Óscar se apunta a un módulo terapéutico, los psicólogos le enseñan a funcionar sin droga. Se dedica a ocupar el tiempo lo máximo posible y hacer múltiples actividades como limpiar, estudiar, hacer deporte… Óscar sale habiendo cumplido tres cuartas partes de la condena. Quiere empezar una nueva vida. Sabe que aunque está rehabilitado no está curado completamente. Óscar tiene 32 años, vive con su novia y tiene un hijo de seis meses. Su madre se pasa el día pendiente de él.