Marisa tapó la ludopatía de su marido de cara a su familia, amsitades, y sobretodo a sus hijos. Tras su separación, lo pasó tan mal que tuvo un intento de suicidio. Pero poco a poco fue rehaciendo su vida con otra persona y se alejó de sus dos hijos. Gabriel quiere ver feliz a su madre y que siga adelante con su vida.