El 9 de febrero de 2012 la relación de Héctor y Begoña cambia. Begoña quiere lucir un colgante pero no lo encuentra. Tras buscarlo desesperadamente por su casa no sólo no lo encuentra sino que descubre que no le queda ninguna joya. Inmediatamente, llama a Héctor que le acompaña a la comisaría. Allí, Begoña descubre una terrible realidad. Héctor es relacionado con el robo y termina confesando que tiene problemas con el juego.