Oriana Marzoli ha entrado a Guadalix con las cosas muy claras, echándole la cruz a todas las personas que la criticaron antes de ir al concurso. Una de ellas es Aramis Fuster y cuando Jorge Javier, en pleno directo, le pidió su opinión sobre el romance entre la adivina y Barack Obama saltó la bomba. Oriana le negó el saludo y le echó en cara que le dijera cosas muy feas en uno de los sonados 'Deluxe'. La bruja se lo tomó como un ataque personal y le advirtió: "Vamos a llevarnos bien, eh".
Pero nuestra concursante no gana para emociones fuertes, tras vivir uno de los romances más pasionales que se recuerdan en 'MyH', Oriana se reencontró con el que fuera su ex novio, con Tony Spina. Sin embargo, cuando todo parecía que iba a acabar como las grecas, el primer contacto entre ambos fue muy cariñoso con miradas cómplices y bromas que sólo entendían ellos.
La convivencia con sus compañeros empezó mucho mejor que su amistad con los animales. No llevaba ni dos horas en la casa cuando el asno se puso muy cariñoso con Oriana... ¡hasta el punto de morderle e hincarle el diente! Imagínense el 'show' que montó la influencer.
El otro drama de la concursante llegó cuando abrió la puerta del salón, se acercó al sofá y, de repente, vio una avestruz correteando a sus anchas. La concursante pegó un grito que escucharon desde el plató, salió corriendo y cerró la puerta para que el ave no se cruzara con ella... ¡un auténtico espectáculo!
"Jorge, estoy muy agobiada", así acabo la gala la concursante. Ya no podía más y aún no había superado la primera noche. Después de todo lo anterior, lo que verdaderamente le hizo venirse abajo fue la idea de tener que trabajar "de gratis" para limpiar toda la suciedad y desorden que hay en la casa de Guadalix. Pero la guinda al cabreo de la vip fue saber que no podía contar con su maleta, con su ropa, con su maquillaje...
Al mal tiempo, buena cara. Oriana nos ha sorprendido amaneciendo con la energía que todos necesitamos para empezar la mañana. La concursante se ha puesto el mono de trabajo, sus botas y, con las extensiones en el pelo, se ha puesto a recoger tierra, barrer el salón, sacar todas las plantas de los pasillos junto a Makoke y, por si os parecía poco, se ha atrevido a entrar en la parcela junto a las cabras.