Charlotte gasta muchas de sus energías en tunearse y cuando llega el momento de limpiar está cansada y suele escaquearse. Una actitud que está enfadando a sus compañeros quién no paran de reprocharle que no friega lo suficiente. Charlotte cree que la gente hace las cosas para decir que las ha hecho y que ella no grita a los cuatro vientos que ha pasado la aspiradora. Eso sí, le ha dejado claro a Carlos y a todos sus compañeros que ella no piensa limpiar el baño nunca.