Cogidas de la mano y dispuesta a asumir la decisión de la audiencia, Ares y Belén han dicho sus últimas palabras juntas en la casa de Guadalix. Belén tenía clarísimo que se iba a ir ella porque lo había pedido y porque ha aguantado cuarenta y seis días dentro de la casa y no ha hecho ningún papel. Ares no lo tenía tan claro, pero sí ha comentado que era el momento de abandonar la casa.
Al conocer la decisión de la audiencia y saber que se había salvado de la expulsión, Belén se ha roto por completo y Ares, la expulsada, se ha centrado en consolar a la Príncesa del pueblo: "Yo pude con Víctor y con el torero, pero no he podido contigo, aguanta". Belén no podía creer lo que había sucedido y Ares ha intentado dejarle claro que la gente la había dejado dentro de la casa porque la seguían queriendo y que tenía que aguantar, sacar fuerzas y cumplir las promesas que había cumplido.
Completamente desorientada y sin dejar de llorar, Belén le ha dicho a Jordi que no sabía lo que estaba pasando y que la gente ya no le hacía caso porque ella se quería ir y no le había expulsado. “Yo he hecho cosas malas, bueno no he matado a nadie, pero he discutido mucho. Pero sé que todos se han preocupado por mí, de mi azúcar y yo les voy a estar agradecida eternamente”, ha asegurado al hablar de sus compañeros. Belén estaba en shock y solo podía pensar en que ya no iba a ver a su Miguel, su Andrea y su madre. Eso sí, se ha llevado una alegría al saber que todos la habían estado esperando en el plató.
Al saber el nombre del expulsado en plató, las reacciones han sido muy dispares. Víctor ha saltado de alegría al saber que su amiga Belén se quedaba en la casa, pero los grandes detractores de Belén, Kiko y Olvido, se han quedado de piedra y ni han parpadeado.