Belén Esteban, rota en el confesionario: "No aguanto más, me quiero ir"

Rota y sin poder parar de llorar, Belén Esteban ha entrado en el confesionario pidiendo su maleta para abandonar la casa de Guadalix. Disgustadísima, Belén ha intentado explicar que ella también podía haberse metido en la cama, que la duele mucho que diga Olvido que sus compañeros se han unido a ella porque es la más fuerte, que había pedido perdón a todos menos a ella cuando se habían metido con su enfermedad y ella se había callado. Belén tiene claro que ella no ha pedido a nadie que no mire a la cara a Olvido y que cuando llegó a la casa la saludo como si no hubiera pasado nada y que fue la de los Yébenes, la que la busco durante los primeros días. Belén no entiende por qué tiene que pasar por lo que está pasando cuando ella tiene fuera un trabajo, un novio y una familia a la que echa muchísimo de menos.