Las cinco entradas más surrealistas y divertidas de la historia de 'Gran Hermano VIP'
Repasamos algunos de los momentazos que nos han dejado las primeras galas de 'Gran Hermano VIP'
Aún no conocemos el casting de 'Gran Hermano VIP' pero muchos ya estamos deseando esa primera gala llena de encuentros y sorpresas entre los concursantes del reality. Para amenizar la espera, hemos recopilado algunos de los momentazos que nos dejaron los inicios de las ediciones anteriores.
Aramís Fuster entrando sin ropa interior en la casa
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Cómo olvidarlo. Aunque quieras, una vez visto nada es lo mismo. Aramis Fuster participó en 'Gran Hermano VIP 6' y aunque se desinfló durante el concurso, su entrada fue mucho más que lo esperado (e imaginado). ¡Aramis demostró a toda España que no usa ropa interior!
Oriana Marzoli 'poniendo burro' a un burro
Fue en la misma edición de Aramís cuando Oriana Marzoli protagonizó una de las entradas más surrealistas en la historia de 'Gran Hermano VIP'. La casa, que se encontraba como si fuera una granja, contaba con un burro como habitante de la casa. Oriana no le dejó indiferente... Poco después también tuvo que escapar de una gallina.
Víctor Sandoval quedándose sin palabras ante un desnudo Coman
Quién diría que alguien podía dejar sin palabras a Víctor Sandoval. En 'Gran Hermano VIP 3' su entrada a la casa fue en compañía de Coman, que llegaba del programa 'Adán y Eva' como Dios le trajo al mundo. Víctor no pudo ocultar su nerviosismo ni tampoco pudo evitar mirar lo que Coman cubría con sus manos.
Carlos Lozano preguntándole a Laura Matamoros si era hija de Makoke
Aún está por verse si lo que hizo Carlos Lozano fue un lapsus o un momento televisivo totalmente gestionado. En la primera gala de 'Gran Hermano VIP 4', se presentó a Laura Matamoros y tras un cordial saludo le preguntó si ella era hija de Makoke, la que por aquel entonces era su madrastra y, en palabras de Laura, "más mala que la madrastra de Cenicienta".
Alejandro Abad simulando que conoce al cantante internacional Tutto Durán
Alejandro Abad conoce a muchos cantantes de fama mundial, pero uno de ellos no era Tutto Durán. El canario sí cantaba pero todavía no era muy conocido. En su primer encuentro, Jorge Javier le hizo creer a Abad que Tutto era un reggaetonero ultraconocido. El compositor, lejos de reconocer que no sabía quién era, simuló que había escuchado sus canciones.