La situación ha sido incomodísima. No sabemos si con el paso de los días acabaran hablando pacíficamente pudiendo salvar, al menos, su amistad, pero lo cierto es que los primeros minutos de Noe en la nueva casa han sido muy tensos. Después de darse dos escuetos besos y de que Aless haya intentado ponerse en el otro lado de la sala con tal de estar lejos de su ex, al final, será el destino, todos se han sentado en el sofá y el único hueco libre que quedaba para la surfera era al lado de Alessandro.
Uno se mordía las uñas, la otra mareaba sus pulseras. Los dos sentados en el sofá y cada uno mirando a un polo. Menos mal que Dani habla por los codos y se ha iniciado un tema de conversación común. De repente, Noe le ha dado una pulsera a Aless, un regalo de alguien del exterior, sin más explicaciones ni preguntas. A Pepe le ha sorprendido mucho que Aless no haya querido saludar a Noe hasta que ella le ha dicho: "¿Es que no me vas a dar dos besos?", por lo que le ha preguntado a su compañero si ya no hay amor. "Bueno, es que hay algunas cosillas", ha contestado él.
Ari le ha lanzado unas cuantas miradas de complicidad a Noemí. Ha habido un momento en el que se han quedado a solas y Ariadna le ha dicho que , durante esta semana, ha intentado hablar con Aless para limar asperezas. "Ya está hecho", le ha contestado Noe, consciente de que va a ser muy difícil que Alessandro la perdone. Pero no imposible, ya que en los últimos días, el italiano ha estado pensando que podría olvidar el agravio, aunque no volvería a estar con ella. Veremos qué pasa ahora que vuelven a estar encerrados entre cuatro paredes.