"Recuerda que te quiero de corazón. Me siento muy afortunado por estar estos meses junto a ti quiero que sepas que desde hace mucho tiempo no sentía nada parecido por nadie y que tienes un rinconcito muy especial dentro de mi...". Así rezaba la emotiva carta con la que Marcelo le felicitaba el cumplaños a Laura al mismo tiempo que le declaraba su amor.
Sin embargo, unas líneas más adelante, el estudiante concretaba a qué tipo de amor se refería. "Ojalá guardes un recuerdo muy especial de este amor de verano en pleno invieno", concluía la carta. Vamos, que dio a entender que para él, Laura venía a ser como las chicas que se ha ligado en la playa en vacaciones.
Laurita corrió a comerse a besos al autor del aquel escrito que le había llegado al corazón, a pesar de que no podía quitarse de la cabeza aquel insidioso final. Sea como fuere, la pareja se olvidó del resto de los invitados y continuó su cumpleaños particular entre caricias, besos (¡con los ojos cerrados!) y un creciente calentón. Como ellos mismo definieron, "a lo porno".
Y llegó la bronca
Pero ni con el sexo se le olvidaba Laura eso de "mi amor de verano". Al final tuvo que decírselo, y en pleno 'nichonin' para más inri. No fue un reproche ni por asomo, más bien una 'puyita'; pero cayó como una puñalada sobre el orgullo de Marcelo, que abandonó el nicho indignado. "Ha sobrado que hayas dicho eso. Yo te he duicho que lo que significa para mi: esos son los amores más bonitos... Si te lo has tomado mal lo siento", explicó.
Laura, que parece haber asumido que su romance no tiene trazas de durar fuera de la casa más allá de calentones puntuales de 'follamigos', trató de apaciguar a su hombre. Marcelo, por su parte, se mostraba en el confesionario bastante agobiado por el fantasma del compromiso. "Ahora mismo no me interesa ni una relación de larga distancia, ni formal, ni duradera", subrayó una vez más.