¡Menuda nochecita les hizo pasar a Gonzalo y Susana! Ya estaban todos acostados cuando, desde fuera de la casa, algún espontáneo con ganas de sembrar cizaña gritó “¡Igor y Susana, manipuladores!”.
Dando toda la credibilidad del mundo al mensaje, el repetido saltó de la cama y se encaró a Susana pidiéndole explicaciones. “Igor es muy listo. Que no te vaya a meter en su mierda”, le advirtió, aunque ella le aseguró que apenas había hablado con el aludido.
Sin embargo, la murciana sí le insinuó que su hermano Carlos podía ser responsable de todo aquello, por haber puesto en un blog que ella estaba creando división de la casa entre ella y Sonia. “No generalicéis conmigo porque, por lo visto, no me conocéis”, concluyó.
Aquello terminó de trastocar a Gonzo, que empezó a acosar a su hermano, sumido ya en un plácido sueño, y no paró hasta que lo sacó de la cama, hecho una furia. Ya despejado, Carlos le aclaró que lo suyo con Susana, según él, ya estaba arreglado: “He hecho un blog, no me he expresando correctamente, lo he hablado con ella y lo he solucionado. No sé porqué tienes que venirme con la historia ahora”. Carlos aplacó una vez más a su gemelo y la discusión se zanjó con un beso fraternal y con los Montoya cerrando filas contra el verdadero enemigo, Igor.
Pero la noche era joven y, antes de irse a la cama, Gonzalo le montó un señor ‘pollo’ a Susana, ya en brazos de Morfeo, porque le parecía que no había estado a la altura de las circunstancias en su bajón. “Que yo haya estado contigo en los malos momentos y para una cosa que de verdad me importa tu digas ‘prefiero dormir’. Tú sabías que era gordo y aún así te ha dado igual”, le soltó.
Susana se derrumba tras discutir con Carlos
Al día siguiente, un rifirrafe entre Carlos y Susana haciendo las tareas de la casa puso de manifiesto que lo de la noche anterior estaba muy lejos de ser un mal sueño. Con lágrimas en los ojos, la muchacha se desahogaba en el confesionario contando lo mal que lo había pasado: “Me costó un montón dormirme. Gonzalo empezó a llamarme para contarme la conversación con su hermano y no reaccioné bien. Te juro que tenía un ataque de nervios”.
Asimismo, Susana se refirió a las polémicas acusaciones. Mal que le pese a Gonzalo, está sintonizando muy bien con Igor y no piensa doblegarse a lo que le digan desde fuera: “No quiero sentirme coaccionada de que si me acerco a Igor me van a estar gritando cosas como a él. No voy a dejar de acercarme a una persona por si me gritan o no me gritan”.
Tras lo ocurrido aquella fatídica noche, la hasta ahora prometedora relación de Susana y Gonzalo se ha visto comprometida. El tatuado le paró los pies cuando su chica le contó la bronca que acababa de tener con Carlos en la cocina. En lugar de consolarla, casi la amenazó: “Intenta cuidar tus palabras conmigo, porque me estoy cansando un poco”.