Parece que Álvaro Aunque el concursante sólo lleva dos días dentro de la casa de Guadalix de la Sierra ya se ha convertido en un gran confidente para mucho de ellos, especialmente para Sonia, que ha encontrado en él a todo un confidente.
Sonia le ha confesado a Álvaro sus sentimientos hacia Kristian. La concursante le ha contado en qué punto está su relación, cómo se siente y cuáles son sus miedos. "Todo me molesta, ¿cómo puede ser eso?. Soy una persona paciente. He decidido ser paciente y he trabajado para ello, pero ahora salto como cuando tenía 20 años y Kris le pasa igual. Los dos tenemos un punto de no retorno, pero luego cuando vuelve a la cama de noche se ríe y soy feliz. Los dos hemos salido de relaciones tóxicas y tormentosas", reflexiona la canaria dejando claro que lo que siente hacia el 'Pelocho' es cada día más fuerte.
"No sé lo que le han hecho a él, pero está temeroso totalmente. Cuando estemos fuera a mí me encantaría estar con él. Lo bueno después de vivir aquí es que ya está todo visto y ya no me da miedo la convivencia", admite Sonia dejando clara su intención de continuar su relación con Kris fuera de la casa de Guadalix de la Sierra.
Sonia le cuenta que no es de rollos de una noche y que está dispuesta a continuar sin mantener sexo dentro del concurso: "controlo mucho el deso carnal, soy de esas que te cuesta un pizquito. Kristian lo lleva peor, si me dan un cuarto sin audio y sin cámaras me lo pensaría. Ese momento es tan nuestro que ese aspecto de mi vida no lo quiero mostrar aquí. Yo nunca he tenido sexo en un coche o en un sitio así, no tengo la necesidad porque eso de una hora sin cámaras me parecería muy cutre, pero Kris sí que la tiene".
Álvaro parece encantado con las confidencias de su compañera y le pregunta qué importancia le da al sexo del uno al diez. "Soy super pasional, super inventiva, no me vale quitarme la ropa y punto. Planeo una cena, una peli, un juguete, pero todo en la intimidad", revela la concursante. "Entonces no eres una ursulina", reacciona el 'pollito volador' visiblemente sorprendido ante la confesión de su compañera y sin cesar de hacer preguntas muy directas pero desde un tono de serenidad que invita a la canaria a soltarse la lengua.