Consciente de que muchos compañeros no le quieren en la casa, Igor viene en son de paz y abierto al diálogo: “Poco a poco quiero ir quitando las dudas que hay sobre mi con la certeza de que ahora hay mucha gente que no me quiere en la casa”.
La invitación no parece ir dirigida a Sonia, cuya espinita sigue bien clavada, pero tampoco quiere vivir esta segunda oportunidad en la casa haciéndose la vida imposible. “Sé qué persona me ha defraudado y con la que no voy a tener relación... Espero tener con ella una relación más cordial que la de la indiferencia, lo espero de verdad… Creo que la relación con Sonia va a ser tensa y me gustaría saber si se siente capacitada para llevar una situación de tensión así. No lo ha estado pasando bien y yo no quiero hacérselo pasar mal”, comentaba en el confesionario.
Los dos vis a vis que tuvo con Igor, dejaron a Sonia hecha una piltrafa. Qué duda cabe que preferiría que hubiera entrado cualquier otro eliminado antes que él. Sin embargo, parece que la conversación con Mercedes Milá le ha hecho reflexionar y ha llegado a la conclusión que no puede seguir amargándose.
No ayuda mucho a la estabilidad emocional de la muchacha que el vasco intente recuperar la confianza de Kristian; el cual, por cierto, no podría estar más entre la espada y la pared. Durante la gala, Sonia sufría viendo como su Igor, entre susurros, le brindaba a su chico todo su apoyo y comprensión.