Miriam ha aclarado entre sus compañeros y ha hecho constar en el confesionario que el único hombre en su vida es, y siempre ha sido, su novio Miguel, con el cual aún planea casarse cuando salga de la casa. Asegura que tanto ella como Igor son perfectamente conscientes de los límites de su juego y no van a dejar de hacerlo, aunque desde fuera se malinterpreten las cosas.