Después de hablar por teléfono con Ainara, la cara de Igor era todo un poema. Susana y Miriam coincidían en que se le veía arrepentido de algo. No les faltaba razón. Poco después y sobre el hombro de Kristian, el vasco lloraba de dolor y de impotencia por el rapapolvo de la madre de sus hijos: “No sabes lo que ha sido perder mi familia de un día para otro. Lo perdí todo. Ahora que puedo recuperarlo lo voy a tirar todo a la mierda…”.
Igor asegura que siempre ha rechazado a Miriam y no hay nada que reprocharle: “He vivido cosas en mi cama que he tenido que decir ‘qué estás haciendo’. No sé qué se ha podido ver ni qué se ha podido imaginar, cuando yo me muero por estar bien con mi familia. Siempre le he dicho ‘Miriam, vete pa otro lado’ y encima me como yo el marrón".
Miriam trató de consolar al vasco, ignorando que ella tenía problemas propios más importantes de los que preocuparse y sin percatarse de que, probablemente, era la última persona que el chico quería ver. “No te ha beneficiado nada la llamada de Ainara”, le dijo. Igor la fulminó con la mirada. “Ya te he pedido por favor que no hables de Ainara”, replicó gélido.
Por si fuera poco, el público del plató celebró con una cerrada ovación la nominación de Igor, algo que pareció disgustarle más a Miriam que a él mismo. “No entiendo la reacción del público. ¿Has hablado mal de mí por la espalda o algo?”, le preguntaba entre sollozo y sollozo.
El vasco, por su parte, parece resignado a que la audiencia le dé la puntilla. Considera que ya es demasiado tarde para hacer cambiar de opinión a los televotantes y no piensa arrodillarse para que le comprendan: “Si para que se entienda mi relación con Miriam en esta casa tengo que ser mas claro, ya os digo desde ahora que no lo voy a ser”.