Dicen que la mejor defensa es un buen ataque. Quizás por eso, antes de que su chica le eche en cara el masaje que dio Saray, él le monta un pollo porque habría habido otro tipo de tocamientos con el vasco. “Le tocaste el culo”, le aseguró el ‘pelocho’ enfadadísimo. “Hazlo si quieres, pero no estés conmigo”, añadió.
La rabieta, casi de niño pequeño, pilló con la guardia baja a Sonia. “No te enfades conmigo me lo dices y ya esta”. La discusión incluso dio pie a un interesantísimo debate sobre dónde acaba el muslo y empieza el trasero propiamente dicho.
Lo que más le revienta al ‘pelos locos’, es el doble rasero que parece tener Sonia. Ella le dice que hay confianza y no le molesta que sea cariñoso con otras chicas. Sin embargo él ha sufirdo en sus propias carnes otra cosa muy distinta: “Tu puedes hacer o que te de la gana y yo no. Yo lo hago y esta mal”. Asegura que tiene que cortarse con las chicas de la casa y se siente cohibido.